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11.LDNM - Jul-Ago 2004
Libros
Cormac McCarthy. La oscuridad interior.
César Rendueles
McCarthy es uno de las pocas leyendas que nos quedan en un mundo literario que ha arruinado su propia mitología a través de las campañas de promoción. A la espera de su nuevo libro, previsto para este año, se acaba de publicar en castellano Sutree, una de sus novelas más ambiciosas.
Si has visto ese engendro cinematográfico titulado Todos los hermosos caballos protagonizado por Penélope Cruz y presuntamente basado en una novela de Cormac McCarthy te será fácil hacerte una idea de cómo son los libros del que Harold Bloom considera el mejor escritor norteamericano vivo: todo lo contrario que la película. La narrativa de McCarthy cabalga por los paisajes desolados del western crepuscular sólo para ir destruyendo sus tópicos a golpe de barbarie. Al lado de los libros de McCarthy, Sin perdón parece una película casi risueña, una especie de Star Trek de las praderas. Todas las novelas de McCarthy hablan de la Norteamérica rural y todas se caracterizan por un primitivismo extemporáneo: resulta difícil relacionar el 1949 de Todos los hermosos caballos con el París de Sartre o, peor todavía, el fin de siècle de La oscuridad exterior con la Viena de Loos o el Boston de Henry James. McCarthy nos habla del salvajismo de vaqueros y granjeros, predicadores y mercenarios, borrachos y vagabundos en el sur racista de EE UU. Un barbarismo y una miseria material que, procedentes del siglo XVIII, colonizan la experiencia del siglo XX en el país más rico y fanático del mundo.

De Tennessee a Ibiza pasando por Alaska
McCarthy creció en Knoxville (Tennessee) en una respetable familia de abogados. Según él mismo cuenta en la única entrevista que ha concedido en toda su vida, no leyó un solo libro hasta los veintiún años, cuando se alistó en el ejército, lo destinaron a Alaska y sus alternativas de ocio se vieron drásticamente reducidas. Posteriormente pasó por la universidad, donde consiguió una beca que le permitió viajar por Europa y establecerse durante un año en Ibiza, en 1967. A continuación publicó su primera novela y se instaló en El Paso (Texas) donde, según se dice, vivió en moteles durante años hasta que se compró una diminuta casa en la parte trasera de un centro comercial. De las pocas cosas que se saben con certeza acerca de McCarthy es que siente un rechazo casi patológico a hablar de su vida, su obra o, en general, de literatura, no importa cuánto dinero le ofrezcan o lo mucho que lo necesite. Una de sus ex mujeres recuerda que durante una temporada de particular indigencia, cuando vivían en un granero a las afueras de Knoxville, “le llamaron de una universidad y le ofrecieron 2.000 dólares por hablar de sus libros. Él contestó que todo lo que tenía que decir al respecto era lo que había escrito. Así que seguimos comiendo alubias otra semana más”. En el imaginario literario de medio mundo, McCarthy es una especie de Unabomber de la novela. A sus lectores les gusta imaginárselo como un ranchero que sobrevive a base de filetes de oso y tazas de café solo al que de cuando en cuando le dan ataques literarios. Entonces empuña un lápiz –posiblemente tras fabricárselo el mismo desbastando unos cuantos árboles y abriendo una mina de grafito– y regurgita novelas como quien marca reses: sin demasiados miramientos y con abundantes dosis de testosterona. Es cierto que no hay muchos autores contemporáneos tan interesados como McCarthy en explorar las complejidades –o tal vez simplicidades– de una virilidad atávica y no siempre sexista. Sin embargo, McCarthy es también un escritor profunda y sorprendentemente interesado en toda clase de cuestiones científicas y con una amplia cultura (se dice que tiene unos siete mil libros repartidos por distintos guardamuebles). Lo que ocurre es que resulta extraño que una obra tan excesiva como la de McCarthy pueda surgir de la mezcla habitual de inspiración y documentación. Es más fácil pensar en un titán que escribe con la zurda porque tiene la mano derecha siempre ocupada en el lazo o el revólver.

La vida y, mayormente, la muerte en la frontera
Las dos primeras novelas de McCarthy –El guardián del Vergel (1965) y La oscuridad exterior (1968)– están marcadas por un tono muy faulkneriano (no en vano su primer editor lo fue también de Faulkner). Son textos complejos, con abundancia de párrafos desgajados de la trama central y una escritura muy abigarrada. La primera de ellas hace una presentación del tipo de personajes patibularios típicamente McCarthianos, mientras que la segunda se adentra en temas clásicos –narra las postrimerías de un incesto en la Norteamérica profunda de finales del siglo XIX– que obsesionan a un autor empeñado en describir la trágica pugna que acompaña la mala vida y la peor muerte. Hijo de Dios (1973) es una obra mucho más significativa. Se trata de una novela rural, en un sentido cercano a Steinbeck, que se desarrolla en el Tennessee de la década de los sesenta. McCarthy aborda los crímenes de un asesino en serie necrófilo, con abundancia de pasajes no aptos para estómagos delicados. Sin embargo, Hijo de Dios también tiene un interesantísimo trasfondo histórico. En los márgenes de la novela colea el gigantesco proceso de expropiación y concentración de la tierra que tuvo lugar en los años treinta, así como la pervivencia de bandas de linchadores racistas. Pese a que su siguiente novela –Sutree (1979)–, tiene rasgos autobiográficos y un estilo más arriesgado, supone una continuación de los temas planteados en Hijo de Dios.
Meridiano de sangre (1985) es una narración absolutamente desmedida, premeditadamente cercana a Dovstoyeski y, sobre todo, a Melville, que está basada en hechos históricos. Un grupo de mercenarios norteamericanos se adentra en México con el objetivo de acabar con el mayor número de indios posible. El grupo, que arrasa con todo a su paso –un poco en plan la Anábasis–, está liderado por un personaje demoníaco: el juez Holden. Meridiano de sangre tiene un claro parentesco con Moby Dick (la novela favorita de McCarthy). El propio Holden es una especie de trasfiguración de la ballena blanca. El juez –albino (recuérdese el capítulo de Moby Dick dedicado a glosar la relación entre el color blanco y el mal) y de talla gigantesca– condena a un fin desgraciado a todo aquel que se cruza en su camino.
Con Todos los hermosos caballos (1992), primer volumen de la Trilogía de la Frontera, llega la madurez literaria de McCarthy. Atrás queda una escritura fascinante pero desmesurada y comienza una contención expresiva extrema. Todos los hermosos caballos es la historia de John Grady Cole, un chaval de dieciséis años que vive en la Texas fronteriza y que en 1949 decide huir junto con su mejor amigo a México, donde se enfrenta a una auténtica marejada de violencia. Como en alguna ocasión se ha señalado, esta novela está un tanto lastrada por la historia de amor del protagonista. En cambio, con En la frontera (1994), tal vez la mejor novela de McCarthy, desaparece cualquier rasgo convencional. Se trata de una extraña narración épica acerca de dos adolescentes Billy y Boyd cuyo destino heroico se ve unido al de una loba. En la última pieza de la trilogía, Ciudades de la llanura (1998), se encuentran los protagonistas de las dos novelas anteriores. Aunque es el título más flojo, proporciona la clave para entender la saga. El mundo preindustrial de los cowboys se mezcla con los coches y las carreteras, la violencia medieval de los burdeles mexicanos con ranchos modernizados. Destaca, sobre todo, su tristísima escena final en un nudo de autopistas donde, en unos pocos párrafos, McCarthy esboza con gran precisión el dramático horizonte histórico de tres novelas intencionadamente extemporales. Aquí, al igual que ocurre en las últimas páginas de Sutree, las grandes autopistas hacen las veces de emblema de la destrucción del mundo tradicional. No obstante, tal vez McCarthy no sea un autor tan nostálgico como habitualmente se dice. Su atavismo procede de una perplejidad radical: ¿cómo es posible que incluso aquel mundo de violencia, racismo, hambre, necesidades físicas e incomunicación fuera mejor que esto?
Cornac McCarthy, Sutree (Mondadori, 2004)
Los forofos de McCarthy se dividen entre los fanáticos de la casquería de Meridiano de sangre y los entusiastas de los malabarismo verbales de Sutree, su novela más experimental (por supuesto, todos ellos miran por encima del hombro a los “populistas” que preferimos la Trilogía de la frontera). Sutree es el nombre de un hombre que vive de la pesca en una cabaña flotante en Knoxville. Se trata de una persona culta y compasiva pero incapaz de soportar las convenciones de la vida civilizada, algo que le mantiene siempre al borde de la locura. Sutree es, en definitiva, un espíritu libre, con todo lo que de fascinante y cursi entraña esta idea. Su forma de vida despreocupada saca a la luz algunas de las peores perversiones del mundo al que voluntariamente da la espalda: la crueldad de la policía, el racismo, la cárcel... Sin embargo, Sutree no deja de resultar un tanto ridículo, como ocurre con todos los buenos salvajes. Recuerda un poco a aquel Stendhal decidido a comportarse de un modo “perfectamente natural” (evidentemente, es difícil pensar en algo más artificial). Sutree es una historia parcialmente autobiográfica en la que McCarthy rinde tributo a todos los borrachines y vagabundos que conoció en su juventud. También es una novela sobre el final de las novelas rurales, sobre las consecuencias no tanto del paso del campo a la ciudad como de la irrupción de la ciudad en el campo.




21 comentarios a Cormac McCarthy. La oscuridad interior.

1. «Agradezco que César dedique este amplio espacio a Cormac McCarthy, para mí el mejor de los novelistas actuales, por literatura, por actitud, y por lo que se desprende de su obra. Sin embargo, discrepo con algunas de las afirmaciones del artículo, sobre todo en lo referido a su personalidad, supuestamente "radiografiada" a través de sus novelas. No creo que la imagen de oso solitario, con una mano en la soga o en el hierro de marcar y otra en el cuaderno, sea justa. Es verdad que da la sensación de haber vivido de cerca todo lo que cuenta, pero más como un observador que como un actor. Es más, tal idea desenfoca su obra, porque si fuera así sus protagonistas serían en realidad antagonistas, como si él participara de ese orden bárbaro y cruel que retrata siempre como telón de fondo de sus personajes, a los que ama a pesar de sus imperfecciones o monstruosidades. No, yo veo más a McCarthy en la orilla exterior del sistema, con un ojo implacable y una manera de escribir sencillamente asombrosa. Claro que hay zonas oscuras para sus lectores, sobre todo en el proceso de creación literaria. Hay algunas pistas: descripciones como la de la forja, en Hijo de Dios, hablan claramente de alguien que se documenta prolijamente: lo imagino caminando por el bosque con un libro de botánica en la mano, para identificar científicamente cada hierba, cada arbusto: sólo así es posible tanta erudición, porque el que vive el bosque o la pradera no se preocupa tanto de conocer cada nombre; nombre, al fin y al cabo, otorgado por una cultura en la que, paradójicamente no cree, de la que abomina. Y en el terreno ético, Hijo de Dios es un ejemplo más: en efecto, como señala bien César, retrata no solamente al asesino necrófilo, sino también, por pasiva, a todo lo que se opone a la existencia de tal excrecencia de la sociedad; al final, después de su muerte, la descripción del hallazgo de sus "torturadores" (así los llama el mismo escritor), es mucho más terrible que la de la muerte de Ballard.
Sobre cuál es su mejor novela, habrá muchas opiniones. Meridiano de Sangre ha hecho un milagro reciente: un amigo mío, escritor de éxito, al que se la regalé, acabó la última página y sin solución o whisky de continuidad recomenzó por la primera. Es verdad que la trilogía es más suave, y que No es país para viejos se adapta más a los cánones norteamericanos, como demuestra su fagocitación por el cine, pero personalmente creo que Suttree es una cima de la narrativa mundial, al menos del siglo XX. ¿Ridículo Suttree? Bueno, yo diría que heroico, pero eso es también opinión.
En suma, gracias, César, por hablar de alguien como McCarthy antes de que sea tarde: es decir: antes de que escriba de él todo el mundo, en cuanto le concedan el Nobel, cosa que la reciente entrevista concedida a una célebre periodista televisiva me hace suponer. ¿Para bien, para mal? Su última novela, escrita bajo esa descarga de adrenalina que debe de suponer estar cerca de tal premio, nos lo dirá. Por cierto: honor a sus traductores: debe de ser una delicia, sí, pero también una tortura profesional. Gonzalo Moure.»


Dicho por Gonzalo Moure el Tue 26-06-2007 14:31 (UTC)


2. «me parece significativo que me pasara, con la ultima de sus obras "no country for old man" lo mismo que el amigo de gonzalo. cuando acabe de leerlo, que por cierto es el libro mas impresionante que he leido en los ultimos años, tuve que volver a empezar. jamas me ha ocurrido con otro.
tiene una serie de secuencias inolvidables y el ultimo capítulo, la rememoracion de recuerdos del sheriff es, sencillamente genial. estoy recopilando toda la obra de mccarthy, no se como he podido vivir 48 años sin leer a este escritor misterioso y maravilloso.»


Dicho por javier gomez albarran el Tue 24-07-2007 09:10 (UTC)


3. «Me he llevado una grata sorpresa al encontrar de casualidad esta estupenda página dedicada a mi "amigo" Cormac. Mi agradecimiento a Gonzalo Moure (Te debo una cerveza o un trago de lo que sea menester) por su mención honorífica a los traductores. Éste que lo es, y que firma a veces como pedro fontana, puede confirmarte que, en efecto, traducir a McCarthy es un delicia y también una tortura. Pero ya se sabe que del dolor al placer no hay más que un paso.
Como veo que todo el mundo insiste en dar a conocer su ranking personal, y pese a que en el fondo lo considero contraproducente para la literatura en general, diré que mis novelas preferidas de Cormac son, sin orden alguno, Meridiano, Suttree, En la frontera... No sé qué decir todavía de La Carretera. La tengo demasiado próxima, pero mi tendencia a ir contracorriente a buen seguro acabará restándole puntos, no en vano está condenada a convertirse en el libro más famoso de su autor.
Tengo un interés personal en que le manden al hombre cuanto antes un billete de avión a Estocolmo, pero por otro lado desearía que la carta se extraviara y el Nobel vaya a parar a cualquier otro autor. Creo que los amantes de la obra de McCarthy me comprenderán.»


Dicho por luis murillo el Thu 27-09-2007 10:13 (UTC)


4. «Yo hace años que no recomiendo a McCarthy. Estoy harto de simplezas sobre sus libros. Para mí es el mejor escritor de la actualidad. Veinte pasos por delante de todos. Lo sigo con devoción y reconozco que con el teimpo ha sabido desbrozar su prosa para ser un narrador a la altura de Faulkner o Dostoivesky. La precisión, el hiperrealismo de los actos, de los gestos, la elegancia a la hora de dar, de repente, una pincelada que hace brillar el cuadro. Los escritores de hoy vamos con la lengua fuera, forzados, pedaleando para llevar la historia a alguyna parte. McCarthy es como Mozart. Levanta las manos y la música fluye. Creo que es el mejor ejemplo de la sentencia de Rimbaud (someter la acción a ritmo). Nadie lo hace como él. Sus diálogos trabajan en canales propios, sirviéndose del contexto, todo lo contrario de lo que hacen los demás: pregunta respuest pregunta respuesta. Sin emoción, sin catarsis. Me entusiasma Meridiano de Sangre. Pero creo que es aún muy superior No es país para viejos, con esa técnica explosiva. pero reconozco que La Carretera es una obra maestra, una road movie bíblica. Qué absoluta perfección. Un maestro de maestros. Este es el orden para los próximos cien años: Virgilio, Shakespeare, Baudelaire, Faulkner, Joyce, Bernhard y Cormac McCarthy.»


Dicho por angel vallecillo el Thu 27-09-2007 18:53 (UTC)


5. «Es la primera vez que me pasa y me asombro de que le haya pasado también a otros. Cuando acabé el último párrafo de "La carretera" empecé a leer de nuevo la novela. No había oido nada de este escritor y la película "Todos los caballos bellos" no la ví porque la crítica la puso muy mal y mis amigos también. Yo creo que la empecé otra vez porque quería saber más de los personajes. La acción me atrapó desde el principio y la leí deprisa. No podía pararme a reflexionar. Me daba cuenta de que en medio de la narración que hace un tercero había frases en primera persona como fogonazos. ¿Quén es esta primera persona? ¿Es el niño o el padre? O ambos. Todavía no lo sé porque estoy empezando la relectura.
La he leído en inglés y he tenido algún problema con el vocabulario, nombre de las cosas que a veces no está ni en el diccionario de traductor que uso. Aún así me sumergí en la novela y los dos personajes han cobrado vida para mí.
He leido una crítica sobre que no pone adjetivos variados y que siempre esta diciendo gris, ceniciento, frío. Justamente a mí me parece un recurso bien elegido. En un mundo donde todo ha ardido han desaparecido los colores. La oscuridad absoluta de las noches el gris absoluto de los días la ceniza que cae sin parar sola, con la lluvia o con la nieve crea un sentimiento tan desolador. En mi interior no he sentido incredulidad, he sentido que podía ser así en un futuro no muy lejano. Aunque yo no he pensado en la bomba atómica. No es necesaria. Simplemente la novela sigue la dirección del actual calentamiento global. O puede que haya habido una catátrofe natural como cuando se extinguieron los dinosaurios. El niño se asusta por un ruido y el padre le dice no te asustes, es un terremoto, ya pasó.
También han criticado el happy end. A mí no me parece muy happy. Además según avanza la novela la vida les resulta más difícil. Todas las personas que encuentran son malvadas, cada vez hay menos comida y el padre piensa que cada día aumenta la oscuridad. Al final el padre muere. El autor nos deja una ranura de esperanza. ¡Pero es tan pequeña! ¿Qué hace la nueva familia? ¿Van también hacia el sur? Si están en un sitio fijo ¿cómo podrán comer cuando hayan acabado los pocos restos que encuentren escondidos? Yo he sentido un rayo de esperanza cuando aparece un perro y también cuándo encuentran manzanas en un árbol. Todavía hay vida. Quizás en el sur puedan sobrevivir.»


Dicho por Freyre el Wed 23-01-2008 15:08 (UTC)


6. «Gracias, Javier: acepto esa cerveza, aunque sólo sea para brindar por la maravillosa horizontalidad de la red (el "liberespacio", como dice Carlo Frabetti), que nos permite remendarnos libros y autores burlándonos del sistema.
No sé qué decir, Freyre. A mí me decepciona ese final, parece como si a McCarthy se le hubiera aflojado un poco el corazón. Lee "La oscuridad exterior" (mal traducido: Mc se refería a "las tinieblas exteriores" de la Biblia), y encontrarás la misma novela, muchos años antes: sin desastre nuclear o ambiental, en la Depresión norteamericana. Una situación muy paralela, una descripción sin una gota de sentimentalismo, un final que aún se prolonga y se prolongará por los siglos de los siglos: las tinieblas exteriores.
Estoy de acuerdo, no obstante: CMc es el más grande, uno de los ochomiles de la literatura universal, y tenemos la suerte de poder esperar aún su décima novela. También quería que le dieran el Nobel, porque así descubrí a Coetzee y a Jelinek, pero ahora prefiero este sistema: la horizontalidad, el liberespacio. Brindemos, sí, por ello.»


Dicho por Gonzalo Moure el Sat 09-02-2008 14:44 (UTC)


7. «Gracias por joderme el final, hijos de puta.
Al autor del reportaje, felicitaciones, se trata de un texto estupendo.
A los demas, insisto: hijos de puta, dejad de masturbaros sobre vuestra propia autocomplacencia literaria: leo una reseña sobre un autor y su obra Sutree, y termino enterándome de detalles claves del final del libro que hoy mismo me dispongo a empezar.»


Dicho por Jose Angel el Thu 14-02-2008 16:47 (UTC)


8. «Tras leer una crítica positiva sobre "La carretera", nunca había oido hablar de McCarthy,soy un inculto,sentí una imperiosa necesidad de leerla...¡Qué MARAVILLA! Es un diamante de la LITERATURA.Sigo impactado, profundamente emocionado, agradecido a un ser humano capaz de crear semejante OBRA de ARTE.Su hipnótica BELLEZA me ha atrapado desde la primera línea. Todo en ella es glorioso.Su estilo sobrecogedor.Una capacidad espeluznante en describir la destrucción total.Una relación padre-hijo memorable... Me preguntaba conforme iba avanzando en su lectura, o más bien VIVENCIA,cómo la culminaría su autor.Un profundo silencio.Una inmensa emoción.Un infinito AMOR por el ser humano.Por la Vida. Una nueva oportunidad para una civilización torpe,egoista,ensoberbecida de su propia ignorancia. Un recorrido interior en el que el hombre caduco muere para renacer en su hijo.La Esperanza.BELLEZA pura su final.El llanto te desborda el Corazón. El Alma. Lecíón magistral de SABIDURÍA. McCarthy está cerca de ALGO. »


Dicho por Alfonso Antonio el Tue 19-02-2008 23:09 (UTC)


9. «Acabo de llegar al final de La carretera, y veo allí a un chico que tiembla de miedo, "de pie ejecutando su pequeña danza del terror" Apenas comprende nada del mundo cruel que le ha tocado vivir en ciernes, sólo sabe del peligro... ¡Dios mío, qué terrible puede llegar a ser este mundo! ¡Y con cuánta facilidad lo olvidamos quienes vivimos en la burbuja ilusioria del bienestar!
En fin, creo que basta con citar una de las frases memorables de esta novela para resumir uno -si no el que más - de sus inapelables mensajes: "La fragilidad de todo por fin revelada"»


Dicho por Mario el Sun 13-04-2008 18:56 (UTC)


10. «Gonzalo: El de la cerveza (que sigue en pie) era yo, Luis, no Javier. Llevas razón en lo de las "tinieblas exteriores", pero ten en cuenta que al hablar de la Biblia nos metemos de lleno en los orígenes de la traducción. En cualquier caso, resulta que ya había un libro titulado "Las tinieblas exteriores", publicado en 1994 y, por tanto, anterior a mi versión de "Outer Dark". Saludos a todos los amantes de Cormac.»


Dicho por luis murillo el Tue 27-05-2008 15:09 (UTC)


11. «Es un privilegio cruzar estos correos contigo, Luis. Y perdona el error: la cerveza no puede esperar, está perdiendo la espuma... Ahora entiendo la traducción del título, pero es una pena. Para mí, la mejor de Mc, casi sin duda. Aunque es tan grande en todos sus libros que cuesta elegir. ¡Qué decir de la Trilogía, de Suttree, de Meridiano! Sí, tiene razón Alfonso Antonio: parece estar cerca DE ALGO. Su prosa es un estado de gracia, pura pasión... ¿Por instinto, o por trabajo? No lo sé, pero el hecho de que sólo tenga nueve novelas me hace pensar que es trabajo, duro y puro, constante. »


Dicho por Gonzalo Moure el Tue 22-07-2008 11:11 (UTC)


12. «Gonzalo: Gracias por el piropo, totalmente inmerecido, en serio. Releí Meridiano hace unos meses (no sé otros traductores, pero a mí se me hace raro volver sobre textos que he leído un montón de veces antes de darlos por "terminados"), y lo cierto es que me apabulló. Esta vez de otra manera, puesto que ya había mucha distancia respecto a la primera lectura. Sigue siendo mi CMc preferido, junto con Suttree. He leído por ahí que igual hacen una peli de Meridiano. Lo que ya está en marcha es la versión de La Carretera, con el Viggo ése haciendo de padre. Confío en que no le echen demasiado azúcar al invento. Estoy contigo en lo del trabajo puro y duro; creo que ahí radica la grandeza de cualquier empeño humano. Si a eso le añades talento, la receta está servida. El día que pises Barcelona, cerveza que te crío. Ah, tendo entendido que Cormac the Man ha firmado contrato por dos nuevas novelas. Parece que la aparición en el programa de Oprah le ha dado marcha... Qué suerte llegar así a viejo.»


Dicho por luis murillo el Mon 11-08-2008 18:31 (UTC)


13. «En el largo crepúsculo los salvajes partieron para ir a su encuentro y se procedió a intercambiar el whisky sobre una manta de Saltillo extendida en el suelo. Glanton prestó poca atención a la ceremonia. Cuando los salvajes hubieron contado oro y plata a gusto del juez, Glanton pisó la manta y con el tacón de la bota juntó las monedas y luego se apartó y ordenó a Brown que recogiera la manta. Mangas y sus lugartenientes intercamiaron miradas sombrías pero los americanos montaron y emprendieron camino y nadie volvió la mirada atrás salvo los reclutas. Estaban al corriente de los detalles de la operación y uno de ellos se alineó con Brown y le preguntó si los apaches los seguirían.
De noche no, dijo Brown.
El recluta volvió la espalda y miró las siluetas que rodeaban el barrilete en aquel socavado yermo en penumbra.
¿Por qué?, dijo.
Brown escupió. Porque está oscuro, dijo.
»


Dicho por cormusmacarthus el Tue 03-02-2009 12:59 (UTC)


14. «Mientras consigo reunir el dinero necesario para comprar otro libro de Mccarthy, me decido a teclear su nombre en el buscador y doy con un artículo muy interesante sobre su obra. Imprudente de mí, y atraído por la calidad de los primeros comentarios, sigo leyendo y me encuentro a un par de hijos de puta que glosan los textos y destripan los finales. Queridos bastardos, si se sienten tan eufóricos, jodan con sus respectivas parejas, no a los desdichados que no tuvimos la suerte de adquirir la obra completa.»


Dicho por J D Fuckinger el Mon 10-08-2009 07:04 (UTC)


15. «Yo también he terminado hace unos dias La Carretera. Y estoy alucinado como hace años no me pasaba. La última vez que me pasó esto fue cuando leí a R. Pazzi en Buscando al Emperador y anteriormente con Goethe en Las desventuras del joven Werther. Pero esto fue hace mucho. Esta vez ha sido distinto porque me ha conmovido pero sufriendo. Posteriormente busqué la pelicula y la ví. No desmerece pero siempre pierde.Ya tengo tres novelas de Cmc en camino.
»


Dicho por itrismegisto el Fri 23-04-2010 16:59 (UTC)


16. «qqqqqqqqqqqqqqqqqqqqqqqqq»


Dicho por discount uggs el Fri 24-09-2010 10:51 (UTC)


17. «Tengo 26 años, siempre he leido mucho pero ninguna novela me ha hecho sentir el torrente de emociones que me producen los libros de Cormac Mccarthy. Me queda mucho por leer pero, sinceramente, no creo que vuelva a leer algo como "Meridiano de sangre" o "La carretera".
Para mi el mejor escritor vivo y ya una leyenda comparable con Dostoievski, Faulkner o Kafka.
Tenía la esperanza de que callera el nobel hoy, pero no pudo ser, otro año que se queda a las puertas pero no necesita ese galardón para el reconocimiento que le tenemos todos los que amamos su prosa!! Forza Cormac Mccarthy!!!!»


Dicho por Batalouro el Thu 07-10-2010 22:30 (UTC)


18. «Llego a esta página buscando datos de MC. He leído La carretera y Todos los hermosos caballos. Leerlo es levitar.
Ahora estoy con la maravilla de En la frontera.
Al llegar a la pag 116 (la loba en el reñidero de gallos), no he podido continuar, la emoción me embarga.
¡Qué escritor! Supremo.
Gracias todos los que han escrito antes.»


Dicho por virgi el Sun 14-11-2010 05:58 (UTC)


19. «Hola,
Llegué a él por La Carretera, después me metí en Meridiano de Sangre, después Suttrre. El guardián del Vergel.
Los voy comprando al tun tun, sin guiarme por el orden de publicación.
Hoy comienzo "Todos los hermosos Caballos" y buscando humanos que tengas los mismos gustos que yo, llegué a aquí.
Mccarthy es una auténtica delicia. Es un topicazo, pero tejer la brutalidad con poesía es algo que me parece lo más.
Ayer, terminé los cuentos completos de Flanery O´Coonor. Lo comento, porque me recuerda a él, y porque os lo recomiendo a todo grito.

Un saludo.

»


Dicho por Maria el Sun 06-02-2011 20:45 (UTC)


20. «Hola a todos
He leído todos los libros del Sr. Mc Carthy, y desde el primero que leí, quedé fascinado,” En la frontera” (the crossing) que describe el épico viaje de un adolescente americano hacia el México de principios del siglo XX y que nos sumerge en la desolación interior y exterior y la búsqueda vana de algo inasible como nuestro Yo, hasta “La carretera”, otra búsqueda post apocalíptica de la vida, todos los libros son indescriptiblemente maravillosos. No soy nadie para emitir un juicio literario, pero ciertamente estoy completamente de acuerdo con aquellos que le han calificado como el más grande novelista contemporáneo de los Estado Unidos
»


Dicho por Rodolfo Mejía López el Thu 28-04-2011 17:57 (UTC)


21. «Yo considero que todos los conceptos que hemos ofrecido en su mensaje. Ellos son muy convincentes y pueden trabajar sin duda. Sin embargo, los mensajes son demasiado breves para los novatos. ¿Podría alargarlas un poco de la próxima vez? Gracias por el post

http://eblogz.net»


Dicho por Gina Nunez el Mon 19-09-2011 10:52 (UTC)




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