16.LDNM
- May-Jun 2005
Arte
Fiambrera obrera: instrucciones de uso
Albin Senghor
Más allá (o más acá) del rimbombante “arte político”,
Fiambrera Obrera llevan años trabajando en la producción de artefactos
con una finalidad política eminentemente práctica,
lo que ellos denominan “modos de hacer”.
LDNM ha hablado con ellos sobre su trayectoria y sus proyectos de futuro.
¿Cómo comenzó Fiambrera Obrera?
Cuando tres insumisos de Valencia, hartos del tipo de organización convencional dentro de la izquierda autónoma y libertaria, comenzamos a hacer acciones a medio camino entre la gamberrada y la intervención. Luego nos dimos cuenta de que esto entroncaba con una tradición de performance, de intervención y de happening. Desde entonces intentamos hilar más fino para que las acciones no sólo fueran efectivas desde un punto de vista mediático sino que, además, tuvieran más trama y densidad.
En esas estábamos cuando nos echaron del piso donde vivíamos en Valencia, un piso muy baratito, porque el barrio empezó a cambiar de catadura. Empezaron a abrir galerías de arte, abrieron el IVAM, subieron los precios y tuvimos que salir por patas de Valencia. Estábamos en algo así como la vanguardia política y sin darnos cuenta nos habían cogido por la retaguardia y nos habían jodido vivos.
Este origen mítico nos sirvió para darnos cuenta en nuestras carnes de que había que empezar por el principio, es decir, por el sitio donde estás viviendo, por que no te quiten la casa donde vives. Desde entonces, Fiam-brera siempre ha estado muy implicada en la lucha contra la especulación inmobiliaria de colectivos vecinales y okupaciones. No íbamos a andar por nuestra cuenta haciendo cosas ingeniosas y ocurrentes, sino a intentar que siempre sucediesen en el interior de redes sociales y políticas. La concepción misma de nuestro trabajo era inexplicable fuera de esta inserción. Estas mismas redes sociales y políticas constituían nuestros canales de distribución. Solamente si después de esta distribución quedaba material, llegaba a otros circuitos, entre ellos, los del mundo del arte.
¿Qué tipo de trabajo hicisteis en el MACBA?
Hacia 1999 tuvimos nuestro primer contacto con el MACBA en un encuentro organizado por unos artistas gráficos franceses, NePasPlier. Después, los del MACBA nos llamaron para hacer un taller. Esta gente tiene una fórmula que les funciona muy bien, llaman a los mendas más modernos y más guais para que hagan un taller para más peña guai y moderna. A final de año dicen que han traído a tantos modernos guais a dar talleres y ahí queda la cosa.
Para intentar sacar más partido a la cantidad enorme de recursos que había por allí, planteamos otro modelo de taller. En vez de traer a gente que considerábamos interesante para que hablasen y se largasen, queríamos que el que viniera se quedase durante dos o tres semanas y tuviera un intercambio sistemáticamente programado con movimientos saociales de Barcelona.
El taller “La acción directa como una de las bellas artes” consistió en cinco días en los que otros tantos colectivos de Francia, de Alemania, etc., y cinco o seis colectivos de Barcelona trabajaron en torno a cinco temas diferentes. Estos grupos ya habían contactado antes y en Barcelona hicieron una presentación conjunta. También exigimos al museo que nos diera un espacio de trabajo (el “cuartelillo”), para que durante esas dos semanas se pudieran producir cosas. Aquello salió bien, no hubo problemas con el museo porque en quince días, aunque trabajes mucho, da tiempo para hacer algún cachito de página web pero no para hacer demasiadas gamberradas.
¿Qué fueron Las Agencias?
Al final del taller, el MACBA decidió contratarnos como comisarios para un proyecto más ambicioso. Las Agencias fue este proyecto para desarrollar la misma dinámica del taller a medio y largo plazo. Esta vez, en vez de planificarlo por áreas temáticas, lo hicimos por campos de acción: una agencia, gráfica, una agencia de medios, una de moda y complementos, una espacial y una fotográfica.
Comenzamos en enero y en junio venía el Banco Mundial (que al final se acojonó) a Barcelona. El 80% de la producción de Las Agencias fue para al movimiento anticapitalista que iba dar la “bienvenida” al Banco Mundial. Como el anticapitalismo estaba aún visto como una especie de terrorismo de baja intensidad, García Valdecasas, la delegada del gobierno en Cataluña, tuvo a bien ir a hablar con el director del museo para apretarle las tuercas y decirle que lo que nosotros hacíamos no era arte sino otra cosa de más peligroso nombre. El resultado fue que peligró el puesto de trabajo del subdirector, nos supo mal, es un chaval que no sabe hacer ninguna otra cosa en la vida. Decidimos marcharnos del MACBA, no sin que antes la policía cargase en el bar de Las Agencias en el MACBA y destrozase parte del material que habíamos producido. El museo no se atrevió a decir nada.
Después de abandonar el museo, un grupo continuó trabajando como Las Agencias y nosotros nos volvimos a Madrid.
¿En todo este tiempo qué es lo que ha cambiado y que es lo que queda?
Nosotros comenzamos trabajando con códigos muy locales. Lo que hicimos en Barcelona era mucho más general: los trajes de pret a revolter, los escudos para manifestaciones o la campaña de dinero gratis eran comprensibles en todo el mundo.
Aquello estuvo muy bien pero dependía demasiado de grandes concentraciones que, como se vio en Génova, eran muy fácilmente desmontables. Esta reflexión fue la que dio origen al SCCPP (Sabotaje Contra el Capital Pasándoselo Pipa) que intentaba producir material comprensible en todas partes pero que no dependiera de estas grandes movilizaciones sino que trabajara en clave cotidiana. En esta línea surgió Yo Mango; comenzamos conjuntamente con la gente de Barcelona y luego fuimos cada uno por un lado, ellos lo trabajaron en una clave más teatral y espectacular y nosotros investigando modos en los que practicar la desobediencia civil sin salirte de tu vida cotidiana. En esta misma línea estuvimos trabajando en Mundos Soñados con la desobediencia civil a la ley de extranjería mediante las bodas y en Okupasa con la ocupación de tipo personal o familiar.
Vamos con vuestros proyectos actuales, ¿qué es Border Games?
En Border Games intentamos que, a través de la tecnología y de un software libre que estamos desarrollando, los chavales inmigrantes de Lavapiés reconstruyan su vida en el barrio dándole un formato de argumento de videojuego. También puede ser una herramienta de coordinación con niveles dentro del juego, por ejemplo, que los chavales que están jugando en Tetuán puedan acceder a información que los chavales de aquí no puedan ver. Aunque esta muy bien que hablen los que nunca hablan, nos gustaría que Border Games fuera algo más complejo que una mera herramienta de expresión. No se trata de un videojuego sobre inmigración sino de una tecnología invertida. Ponemos a disposición del colectivo más vulnerable del barrio, los chavales marroquíes, la tecnología de construcción de un videojuego.
Tampoco nos gustaría que se identificase al videojuego con Fiambrera Obrera, no es justo para Fiambrera, ni justo para el videojuego. En Border Games ha trabajado mucha gente diferente desde que en 1999 comenzara el proyecto. Además, Fiambrera es un dispositivo de acción muy abierto, hay gente trabajando como Fiambrera en Madrid, Sevilla, París y Matalascañas. El otro día después de una charla en Granada un chaval nos decía que él también quería ser fiambrera; pues nada, ya eres fiambrera, empieza a hacer cosas. Si necesitas pasta, di que quieres dar una charla como fiambrera y si alguien pica…
www.sindominio.net/fiambrera
Cuando tres insumisos de Valencia, hartos del tipo de organización convencional dentro de la izquierda autónoma y libertaria, comenzamos a hacer acciones a medio camino entre la gamberrada y la intervención. Luego nos dimos cuenta de que esto entroncaba con una tradición de performance, de intervención y de happening. Desde entonces intentamos hilar más fino para que las acciones no sólo fueran efectivas desde un punto de vista mediático sino que, además, tuvieran más trama y densidad.
En esas estábamos cuando nos echaron del piso donde vivíamos en Valencia, un piso muy baratito, porque el barrio empezó a cambiar de catadura. Empezaron a abrir galerías de arte, abrieron el IVAM, subieron los precios y tuvimos que salir por patas de Valencia. Estábamos en algo así como la vanguardia política y sin darnos cuenta nos habían cogido por la retaguardia y nos habían jodido vivos.
Este origen mítico nos sirvió para darnos cuenta en nuestras carnes de que había que empezar por el principio, es decir, por el sitio donde estás viviendo, por que no te quiten la casa donde vives. Desde entonces, Fiam-brera siempre ha estado muy implicada en la lucha contra la especulación inmobiliaria de colectivos vecinales y okupaciones. No íbamos a andar por nuestra cuenta haciendo cosas ingeniosas y ocurrentes, sino a intentar que siempre sucediesen en el interior de redes sociales y políticas. La concepción misma de nuestro trabajo era inexplicable fuera de esta inserción. Estas mismas redes sociales y políticas constituían nuestros canales de distribución. Solamente si después de esta distribución quedaba material, llegaba a otros circuitos, entre ellos, los del mundo del arte.
¿Qué tipo de trabajo hicisteis en el MACBA?
Hacia 1999 tuvimos nuestro primer contacto con el MACBA en un encuentro organizado por unos artistas gráficos franceses, NePasPlier. Después, los del MACBA nos llamaron para hacer un taller. Esta gente tiene una fórmula que les funciona muy bien, llaman a los mendas más modernos y más guais para que hagan un taller para más peña guai y moderna. A final de año dicen que han traído a tantos modernos guais a dar talleres y ahí queda la cosa.
Para intentar sacar más partido a la cantidad enorme de recursos que había por allí, planteamos otro modelo de taller. En vez de traer a gente que considerábamos interesante para que hablasen y se largasen, queríamos que el que viniera se quedase durante dos o tres semanas y tuviera un intercambio sistemáticamente programado con movimientos saociales de Barcelona.
El taller “La acción directa como una de las bellas artes” consistió en cinco días en los que otros tantos colectivos de Francia, de Alemania, etc., y cinco o seis colectivos de Barcelona trabajaron en torno a cinco temas diferentes. Estos grupos ya habían contactado antes y en Barcelona hicieron una presentación conjunta. También exigimos al museo que nos diera un espacio de trabajo (el “cuartelillo”), para que durante esas dos semanas se pudieran producir cosas. Aquello salió bien, no hubo problemas con el museo porque en quince días, aunque trabajes mucho, da tiempo para hacer algún cachito de página web pero no para hacer demasiadas gamberradas.
¿Qué fueron Las Agencias?
Al final del taller, el MACBA decidió contratarnos como comisarios para un proyecto más ambicioso. Las Agencias fue este proyecto para desarrollar la misma dinámica del taller a medio y largo plazo. Esta vez, en vez de planificarlo por áreas temáticas, lo hicimos por campos de acción: una agencia, gráfica, una agencia de medios, una de moda y complementos, una espacial y una fotográfica.
Comenzamos en enero y en junio venía el Banco Mundial (que al final se acojonó) a Barcelona. El 80% de la producción de Las Agencias fue para al movimiento anticapitalista que iba dar la “bienvenida” al Banco Mundial. Como el anticapitalismo estaba aún visto como una especie de terrorismo de baja intensidad, García Valdecasas, la delegada del gobierno en Cataluña, tuvo a bien ir a hablar con el director del museo para apretarle las tuercas y decirle que lo que nosotros hacíamos no era arte sino otra cosa de más peligroso nombre. El resultado fue que peligró el puesto de trabajo del subdirector, nos supo mal, es un chaval que no sabe hacer ninguna otra cosa en la vida. Decidimos marcharnos del MACBA, no sin que antes la policía cargase en el bar de Las Agencias en el MACBA y destrozase parte del material que habíamos producido. El museo no se atrevió a decir nada.
Después de abandonar el museo, un grupo continuó trabajando como Las Agencias y nosotros nos volvimos a Madrid.
¿En todo este tiempo qué es lo que ha cambiado y que es lo que queda?
Nosotros comenzamos trabajando con códigos muy locales. Lo que hicimos en Barcelona era mucho más general: los trajes de pret a revolter, los escudos para manifestaciones o la campaña de dinero gratis eran comprensibles en todo el mundo.
Aquello estuvo muy bien pero dependía demasiado de grandes concentraciones que, como se vio en Génova, eran muy fácilmente desmontables. Esta reflexión fue la que dio origen al SCCPP (Sabotaje Contra el Capital Pasándoselo Pipa) que intentaba producir material comprensible en todas partes pero que no dependiera de estas grandes movilizaciones sino que trabajara en clave cotidiana. En esta línea surgió Yo Mango; comenzamos conjuntamente con la gente de Barcelona y luego fuimos cada uno por un lado, ellos lo trabajaron en una clave más teatral y espectacular y nosotros investigando modos en los que practicar la desobediencia civil sin salirte de tu vida cotidiana. En esta misma línea estuvimos trabajando en Mundos Soñados con la desobediencia civil a la ley de extranjería mediante las bodas y en Okupasa con la ocupación de tipo personal o familiar.
Vamos con vuestros proyectos actuales, ¿qué es Border Games?
En Border Games intentamos que, a través de la tecnología y de un software libre que estamos desarrollando, los chavales inmigrantes de Lavapiés reconstruyan su vida en el barrio dándole un formato de argumento de videojuego. También puede ser una herramienta de coordinación con niveles dentro del juego, por ejemplo, que los chavales que están jugando en Tetuán puedan acceder a información que los chavales de aquí no puedan ver. Aunque esta muy bien que hablen los que nunca hablan, nos gustaría que Border Games fuera algo más complejo que una mera herramienta de expresión. No se trata de un videojuego sobre inmigración sino de una tecnología invertida. Ponemos a disposición del colectivo más vulnerable del barrio, los chavales marroquíes, la tecnología de construcción de un videojuego.
Tampoco nos gustaría que se identificase al videojuego con Fiambrera Obrera, no es justo para Fiambrera, ni justo para el videojuego. En Border Games ha trabajado mucha gente diferente desde que en 1999 comenzara el proyecto. Además, Fiambrera es un dispositivo de acción muy abierto, hay gente trabajando como Fiambrera en Madrid, Sevilla, París y Matalascañas. El otro día después de una charla en Granada un chaval nos decía que él también quería ser fiambrera; pues nada, ya eres fiambrera, empieza a hacer cosas. Si necesitas pasta, di que quieres dar una charla como fiambrera y si alguien pica…
www.sindominio.net/fiambrera
0 comentarios a Fiambrera obrera: instrucciones de uso
ÚLTIMOS COMENTARIOS
«Please, while you gain information, [...]»
Dicho por Powerpoint Clicker
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«This is a nice post [...]»
Dicho por Hydronic Heating
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«Para todos los master. Vamos [...]»
Dicho por Dj el maestro carlos parrales
en 16.LDNM The Wu Tang Clan Manual (libro)
«Gracias por dejar publicar... [...]»
Dicho por Articulos Publicar
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«I am really not too [...]»
Dicho por solar panel Australia
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«Such a wonderful post. Thanks [...]»
Dicho por Eagan Fitness Center
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
« Here typically chicken and [...]»
Dicho por ice maker
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«This is brilliant....:-)
Thanxs for posting [...]»
Dicho por DJ Vince
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«Have you ever thought about [...]»
Dicho por Powerpoint Clicker
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«COMPUTER REPAIR PORTLAND
In 2009, Nerds [...]»
Dicho por computer repair portland
en 22.LDNM RAW format, the captive photo








Otros artículos de Albin Senghor (6)
- Crisis Pop. Auge y caída del delirio financiero
- Massimo Carlotto. La novela negra en primera persona
- Panteras negras. ¡Es la revolución, baby!
- KLF. A la subversión por el vandalismo.
- Hacia la libertad real para todos
- Huella ecológica. Hasta fin de existencias