20.LDNM
- Ene-Feb 2006
Cine
Sesión continua. Equivocarse también es de sabios
Fanfatale
¿Has metido la pata últimamente? Seguro que sí. Puedes hacer caso de los libros de autoayuda, aprender de tus cagadas y practicar yoga. O ser un tarado judeocristiano y sentir la redentora culpa, que no es más que cobardía. La cuestión es que la mayoría de los errores son evitables. Equivocarse es libre y voluntario. Incluso alevoso. Por algo cometemos errores igual que cometemos crímenes. Mi propuesta es que celebres la equivocación con un banquete y tres películas. Tranquilo, no puedes fallar, las elijo yo.
Mucho antes de que Bill Murray se convirtiese en ese señor melancólico que se sienta en el borde de las camas, bordó al protagonista de Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993). Phil es un meteorólogo obligado a cubrir el Día de la Marmota, un absurdo ritual en el que un roedor visionario predice cuándo acabará el invierno. También es un capullo. Dios, o quien sea, le condena a revivir el Día de la Marmota una y otra vez, hasta que hace lo correcto en las mil decisiones que toma a lo largo de las recurrentes veinticuatro horas. Tras un hilarante ensayo y error, al trigésimonoveno 2 de febrero, Phil salva al gato, saluda amable al vecino, da propina, enamora a la chica y deja de despertarse con I got you babe. La película es desternillante pero tiene trampa moralista. Vale que se es más feliz si se hace lo correcto, pero si se decide por miedo a un castigo, y Sony & Cher lo son, no cuenta. Además, Bill Murray está mucho más gracioso cuando hace de hijoputa.
La mayoría no tenemos tiempo de ir probando. Vivimos sólo una vez, como los protagonistas de Breve encuentro (David Lean, 1945), y cuando vemos los errores venir, nos lanzamos de cabeza. El monólogo redentor de Celia Johnson (esos ojos tristes de posguerra) es un canto a las decisiones mal tomadas. Dos extraños, felizmente casados, se encuentran en una estación. Desde que se miran por primera vez tú sabes, ellos saben y el revisor del tren sabe que se van a enamorar, pero siguen quedando cada jueves hasta que, sorpresa, se enamoran. Lo hacen sobre dos tazas de té, en una de las escenas más hermosas de la historia. Y entonces viene la decisión: ¿dejarlo todo para seguir juntos o no volver a verse en la vida? Él no cesa que repetirle a ella: “Sé que esto se tiene que acabar, pero todavía no”. Dame un poquito más de este delicioso error.
Pena no poder vivir dos vidas, elegir los dos caminos. Quedarse y abandonar. Lo correcto y lo que no. Algo parecido plantea la maravillosa Olvídate de mí (Michael Gondry, 2004). ¿Y si fuese posible borrar para siempre los errores, esos que nos matan con el recuerdo de todo lo que salió mal? ¿Y si fuese posible olvidar un desamor y empezar desde cero? Gracias al guión (bendito Charlie Kaufmann) y al surrealismo cercano te crees todo el asunto. Incluso cuando al final, sabiendo lo que ha pasado, conociendo las crueldades que se van a llegar a decir, lo que les hartará al uno del otro y el daño que se harán, los protagonistas vuelven a tropezar en la misma piedra. Porque aun a sabiendas de que se va a torcer, si se nos da la oportunidad, haríamos otra vez exactamente lo mismo. Pero no te fíes de mí, me equivoco todo el rato.
Mucho antes de que Bill Murray se convirtiese en ese señor melancólico que se sienta en el borde de las camas, bordó al protagonista de Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993). Phil es un meteorólogo obligado a cubrir el Día de la Marmota, un absurdo ritual en el que un roedor visionario predice cuándo acabará el invierno. También es un capullo. Dios, o quien sea, le condena a revivir el Día de la Marmota una y otra vez, hasta que hace lo correcto en las mil decisiones que toma a lo largo de las recurrentes veinticuatro horas. Tras un hilarante ensayo y error, al trigésimonoveno 2 de febrero, Phil salva al gato, saluda amable al vecino, da propina, enamora a la chica y deja de despertarse con I got you babe. La película es desternillante pero tiene trampa moralista. Vale que se es más feliz si se hace lo correcto, pero si se decide por miedo a un castigo, y Sony & Cher lo son, no cuenta. Además, Bill Murray está mucho más gracioso cuando hace de hijoputa.
La mayoría no tenemos tiempo de ir probando. Vivimos sólo una vez, como los protagonistas de Breve encuentro (David Lean, 1945), y cuando vemos los errores venir, nos lanzamos de cabeza. El monólogo redentor de Celia Johnson (esos ojos tristes de posguerra) es un canto a las decisiones mal tomadas. Dos extraños, felizmente casados, se encuentran en una estación. Desde que se miran por primera vez tú sabes, ellos saben y el revisor del tren sabe que se van a enamorar, pero siguen quedando cada jueves hasta que, sorpresa, se enamoran. Lo hacen sobre dos tazas de té, en una de las escenas más hermosas de la historia. Y entonces viene la decisión: ¿dejarlo todo para seguir juntos o no volver a verse en la vida? Él no cesa que repetirle a ella: “Sé que esto se tiene que acabar, pero todavía no”. Dame un poquito más de este delicioso error.
Pena no poder vivir dos vidas, elegir los dos caminos. Quedarse y abandonar. Lo correcto y lo que no. Algo parecido plantea la maravillosa Olvídate de mí (Michael Gondry, 2004). ¿Y si fuese posible borrar para siempre los errores, esos que nos matan con el recuerdo de todo lo que salió mal? ¿Y si fuese posible olvidar un desamor y empezar desde cero? Gracias al guión (bendito Charlie Kaufmann) y al surrealismo cercano te crees todo el asunto. Incluso cuando al final, sabiendo lo que ha pasado, conociendo las crueldades que se van a llegar a decir, lo que les hartará al uno del otro y el daño que se harán, los protagonistas vuelven a tropezar en la misma piedra. Porque aun a sabiendas de que se va a torcer, si se nos da la oportunidad, haríamos otra vez exactamente lo mismo. Pero no te fíes de mí, me equivoco todo el rato.
1 comentarios a Sesión continua. Equivocarse también es de sabios
1. «quiero comprar las peliculas "sesion continua " y "volver a empezar".
Hasta cuando tengo que estar sin poder verlas?
Quiero comprarlas pero estan descatalogadas.
Alguien me puede decir por qué no puedo verlas?
»
Dicho por oscar
el Fri 22-05-2009 16:11 (UTC)
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