¿A qué edad empezaste a hacer canciones?
No me acuerdo, la verdad. Cuando era pequeña tenía un órgano Casio e intentaba hacer canciones, pero vamos, ¡muy malas! Todas al estilo de Mecano y cosas así. En mi casa no había ni un disco, excepto una colección de música clásica, así que básicamente escuchaba radiofórmula. Mis primeras cintas eran de George Michael y Bros (risas). Recuerdo perfectamente el día en que mi hermana Mabel apareció con un vinilo de Surfin’ Bichos. Fue una pequeña revolución.
¿Te acuerdas de qué disco era?
Sí, era Gente abollada. Yo flipaba. No sabía ni de qué hablaban, pero me impresionó bastante. Y vinieron otros discos. Entonces aparqué el piano, era demasiado difícil, y pensé que iba a ser más fácil hacer canciones pop con la guitarra.
¿Aprendiste a tocar sola?
Sí, siempre he sido autodidacta. Bueno, me compré un libro para aprender a tocar la guitarra, lo vendían por correo en el Disco Play, ya que en La Manga no hay tiendas de discos, ni de música, ni nada. Era de un heavy que se llama Salvador Domínguez.
¿En la jungla de la seis cuerdas?
¡En la jungla de las seis cuerdas, sí! (risas). Que además llevaba una cinta para escuchar. El tío iba horrible en las fotos. Es lo que Alfonso (Hello Cuca) definiría como un "zulla". El libro era muy fuerte, en plan: "A la guitarra hay que maltratarla, como a una mujer", y burradas por el estilo. Me cansé pronto de ese libro, pero sí que aprendí algo: hay que poner discos de blues y tocar encima. Y eso fue lo que empecé a hacer. Como anécdota graciosa, recuerdo que, años después, le presté el libro a una amiga que quería aprender a tocar la guitarra y, lógicamente, se espantó. "Pero ¿cómo tienes esto?", me preguntaba. Lo releí y pensé: "Es verdad, ¡está lleno de mierda!" (más risas).
Pero si empezaste con un método de guitar-hero aprenderías a tocar muy bien.
Qué va. Intenté aprender los acordes, pero me daba mucha pereza. Aprendí algunos, pero cuando mi hermana y yo descubrimos a Bikini Kill y, sobre todo, a Bratmobile, todo cambió, porque como tocaban sólo con una cuerda, en plan surf, ya pasé de los acordes y empecé a hacer sólo punteos. Con Hello Cuca he tirado de dos o tres acordes sólo.
¿Y cómo surgieron las canciones para tu proyecto en solitario? ¿Tuviste primero la idea de hacer algo así o te encontraste de pronto con una serie de canciones que no encajaban en Hello Cuca?
La idea de hacer algo sola surgió cuando me fui a vivir a Mojácar. Tenía una guitarra española y la tocaba para no aburrirme. Hasta entonces no había tenido necesidad de hacer letras, me gustaba tocar la guitarra y que Mabel apareciera con una letra para que yo la cantara. Pero allí tuve unos sueños muy gráficos que eran como historias, quería cantarlos y no sabía muy bien cómo. Uno de ellos terminó convirtiéndose en "Aloes de 50 metros".
¿Cómo arrancaste?
Pues estando ya en Madrid empecé a escribir en el trabajo. Estuve en un cursillo para teleoperadora del Banco Santander. Te contaban todo sobre la banca telefónica en dos semanas y yo, que enseguida pierdo la concentración, aprovechaba para dibujar. De repente me dije: "Ay, voy a hacer una letra". No superé el cursillo de formación, pero escribí "La isla de las bufandas". Después de mandársela a Mabel y de que me diera su aprobación, lo cual es muy importante para mí, cogí confianza y empecé a hacer más. Ya no paré. En mi trabajo de ahora también aprovecho para escribir. Al final, hacer las cosas en los sitios donde no hay que hacerlas te motiva más.
Dices que Mabel te dio confianza. ¿Es la persona que te ha espoleado para sacar adelante estas canciones?
No es que necesite que me animen, pero siempre he considerado muy importante la opinión de Mabel. Al fin y al cabo ella siempre ha sido de algún modo mi guía musical. He sido un poco parásito, siempre haciendo viajecitos a su habitación a ver qué nuevos discos tenía. Yo he sido más impulsiva a la hora de comprar discos. A mí por ejemplo, en el instituto, me daba por Kiss y me compraba diez discos de Kiss. A los cuatro meses los vendía todos. Luego me he ido comprando discos buenos, pero soy más de gastarme el dinero en comer en restaurantes, en salir o en cerveza (risas).
Tanto Hello Cuca como tú en solitario partís de un planteamiento muy clásico, pero conseguís esquivar el revival. ¿Es algo de lo que estéis pendientes? ¿Te preocupas de llevar a la actualidad una tradición concreta? Supongo que, de alguna forma, sale solo. Yo toco de oído, así que aunque diga "voy a hacer una canción en plan Johnny Cash" lo que me sale siempre suena a ahora. Me encantan las melodías de B-52’s, Bikini Kill o Le Tigre, suenan actuales, pero se pueden mezclar con cierto aire antiguo.
Es algo que se nota en tus canciones.
Es que la mayor parte de la música que escucho es vieja. Pero sí, a mí me gustan por igual las Slits que la Carter Family o Leadbelly. Todo se junta en mi cabeza y sale mezclado.
El sello Rompepistas es para muchos un ejemplo de independencia irreductible. Sin embargo, has tenido que mover fuera estas canciones porque no teníais dinero para sacarlas. ¿Hasta qué punto las discográficas tradicionales siguen siendo necesarias?
Bueno, si yo hubiera querido, ahorro unos meses y me pago el disco y la grabación. Pero de cara a la distribución, la promoción… En Rompepistas nunca he hecho nada de eso, se encargaban otros. Me resulta un trabajo aburrido y pesado. Yo sólo quiero hacer canciones y tocarlas por ahí. No me apetece ponerme a llamar a gente. Además, pienso que no me iban a tomar muy en serio (risas).
Quizá a veces en Rompepistas habéis pecado de ingenuos. Os quejabais de la mala distribución del split con Incrucificables, pero lo sacasteis sólo en vinilo. ¿Realmente creíais que podríais distribuirlo en algún sitio más allá de las contadas tiendas especializadas? Yo nunca hubiese imaginado que tuvierais pretensiones de llegar al mayor número de gente posible, pensaba que lo vuestro era pura militancia underground.
Está claro que nuestro último disco no puede ser más invendible: un split y encima sólo en vinilo. Pero siempre hemos pensado que nuestras canciones podrían sonar en radiofórmulas y gustar a mucha gente.
Hello Cuca os habéis implicado en algunas causas sociales. ¿Crees necesario que los grupos tomen partido?
¿Qué causas?
En EE UU participasteis en un festival anti-Bush. Es verdad (risas). ¡Se me había olvidado!
¿Y crees importante que los grupos tomen postura?
Sí, claro que me parece importante. Pero vamos, tampoco hay que obsesionarse.
1. «¡Desde luego de poco le sirvió a la amiga leer el libro de Salvador! ¡Para dar 2 acordes malparidos!»
2. «chico, esos dos acordes malparidos tienen más VIDA de la que tu amargado corazón pueda llegar a albergar nunca.
afortunadamente tenemos a gente como Lidia Damunt para alegrar los nuestros.»
3. «¡Pero si yo estoy muy contento! ¡No pongo en duda que tiene vida y mucho nervio! ¡Pero eso no quiere decir que toque bien! ¡toca muy mal! Me alegro de que lidia alegre vuestros corazones y, desde luego, mi amargura -que no es tal- no tiene comparación con esa monumental soberbia que sin duda te habrá echado muchas cosas buenas a perder.»
4. «¿Qué Lidia toca mal? En fin, vivir para leer...»
5. «Bueno, algo toca... De aquella manera... Yo diria... »
6. «esta chica no toca la guitarra la aporrea y hace de su sonido algo desagradable para el oido, tampoco canta gorgorea y sientes un alivio inmenso cuando acaba la canción, lo que hace, guitarra, voz, armonica y pandereta tecnicamente esta perfecto en tiempo compas y afinacion pero el resultado es patetico y falto de toda gracia y duende. hace falta algo mas para ser artista aunque ya se que tu no pretendes serlo enfin si estas ahi es porque no hay nadie que ocupe tu lugar y porque ahora esta la onda de chicas con guitarras acusticas rusin red etc...»
7. «Esta noche he alucinado con lidia damunt.
EL AFILAOOOO....
Insuperable..
Creo que me he enamorao y nisiquiera me he acercao para felicitarla..
Me alegra, que exista gente como ella....
Gracias Lidia
»
8. «A mí me ha caido simpático el invento, pero en fin.. componer emociones y componer música son cosas diferentes que pueden llegar a coincidir..
En cuanto a la mención a una supuesta moda de chicas con guitarras... no hace falta decir tonterías para expresar una opinión, es un consejo.
Disfruten-»
9. «A mí me ha caido simpático el invento, pero en fin.. componer emociones y componer música son cosas diferentes que pueden llegar a coincidir..
En cuanto a la mención a una supuesta moda de chicas con guitarras... no hace falta decir tonterías para expresar una opinión, es un consejo.
Disfruten-»
10. «si no te tienes nada bueno que decir, pues mejor no lo digas, creo yo..., criticar por criticar no aporta mucho.
aun no conozco su musica, pero la buscare y la escucharé, y si no me gusta, o incluso me parece horrenda, pues estupendo tambien!, la vida es un camino largo, y a veces hay que cruzar parajes feos para llegar a otros mas hermosos.»
11. «Acojonante... una persona con una manifiesta incapacidad musical (quizá la tenga a nivel poético) criticando métodos de músicos profesionales.
Vivimos en el mundo al reves, no tengo nada en contra de esta chica a nivel personal, pero musicalmente simplemente no existe.
Dedícale dos o tres horas al día los próximos 5 años a la guitarra y a la voz y vuelve a intentarlo, ánimo.»
12. «Bueno, bueno, bueno... Vaya joya, joyaza que narices!! NO SABES TOCAR y PUNTO.
Ensalzar grupos traperos de niños de papá y envilecer a currantes del escenario, genial a la par que patética, un abrazo!!!»


- Northern soul. La redención del baile
- Cómo ser Mauro Entrialgo
- Fermín Muguruza. "Chiapas también puede ser tu barrio".