Las Panteras Negras fueron el resultado de la evolución del movimiento de derechos civiles que, a lo largo de los años cincuenta y sesenta, había movilizado a negros y blancos contra la segregación legal y la discriminación cotidiana que sufrían los afroamericanos en Estados Unidos. Sus fundadores, Huey P. Newton y Bobby Seale, comenzaron su andadura política en uno de los muchos grupúsculos asociados al Black Power –el Revolutionary Action Movement (RAM)– que tras el momento álgido del movimiento de derechos civiles adoptaron una retórica revolucionaria. El RAM se disolvió en 1965, cuando tres de sus miembros fueron declarados culpables de querer atentar contra la Estatua de la Libertad, la Campana de la Libertad de Filadelfia y el monumento a George Washington.
Seale y Newton comenzaron a trabajar en los programas comunitarios contra la pobreza del ayuntamiento de Oakland y al poco tiempo, en 1966, fundaban el Partido de las Panteras Negras para la Autodefensa. Como anuncia el apellido del partido, el proyecto político inicial de las Panteras estaba centrado en poner en práctica la postura de Malcolm X favorable a la autodefensa, en un contexto de impunidad policial y fuerte represión en los barrios negros de las grandes ciudades industriales de Estados Unidos. Y esto, precisamente, es lo que Newton y Seale desarrollaron con las patrullas de vigilancia policial. Las patrullas consistían en un grupo armado de Panteras Negras que seguían a la policía en su ronda rutinaria por el gueto para evitar que se cometiesen atropellos. Por supuesto, como recordaba Bobby Seale años después, el celo cívico de los Panteras no pasaba desapercibido a los oficiales de policía: "En un momento dado, el policía dice ‘¡No tiene derecho a observarme!’ y Huey le contesta: ‘No es cierto, una sentencia del Tribunal Supremo de California estableció que todo ciudadano tiene derecho a observar a un oficial de policía haciendo su trabajo siempre que se mantenga a una distancia razonable. En esa misma sentencia, se declara que a partir de diez pies se puede decir que existe una distancia razonable. Yo estoy a veinte pies de usted y le voy a seguir observando, le guste o no’".
En efecto, aunque cuando se habla de las influencias intelectuales de las Panteras Negras se suele hablar del Libro rojo de Mao, lo cierto es que en aquel momento se dedicaban mayormente a estudiar las leyes del Estado de California y a poner en práctica su derecho legal a ir armados hasta los dientes, siempre que las armas no estuvieran escondidas. De hecho, por mucho que pueda resultar un misterio a ojos de la izquierda europea, la primera aparición pública de las Panteras Negras fuera de sus barrios de origen, en Oakland, tuvo lugar en un acto reivindicativo a favor del sacrosanto derecho del ciudadano norteamericano a caminar por la calle con armas cargadas. Volviendo a Mao, Bobby Seale cuenta que, durante esta primera época, él y Huey se dedicaban a vender el Libro rojo a estudiantes blancos de Berkeley por un dólar y a comprar, cómo no, armas con el dinero que recaudaban. Seale asegura que no lo leyeron hasta un año más tarde.
Las panteras están en la casa
La primera campaña propiamente política de las Pan-teras Negras llegó a finales de 1967, tras la detención de Huey P. Newton acusado de asesinar a un policía. Bobby Seale lanzó una campaña masiva de apoyo a Newton bajo el lema "Free Huey" que incrementó la popularidad del partido en los barrios afroamericanos. A partir de entonces, las Panteras Negras, que habían adoptado el análisis de clases marxista, se enfrentaron a algunos dilemas políticos que no habían formado parte de los repertorios del movimiento por los derechos civiles y el Black Power: el primero todavía estaba muy cargado de connotaciones religiosas, mientras que el segundo consideraba que el nacionalismo negro era una postura política suficientemente aglutinadora. En cambio, tanto Seale como Newton pensaban que el gran reto político al que se enfrentaban los Black Panthers era la movilización conjunta de un subproletariado negro formado por precarios y delincuentes y de los trabajadores industriales que componían la militancia urbana afroamericana tradicional. Según todas las crónicas, ésta fue la clave del éxito político de las Panteras Negras; unir a obreros, parados y pandilleros, hombres y mujeres, en un mismo proyecto de emancipación comunitaria.
Con este fuerte apoyo de base, las Panteras Negras fueron asimilando tanto los restos del movimiento de derechos civiles como a los líderes del Black Power. Entre estos últimos, destacan las figuras de Stokely Carmichael y Eldridge Cleaver, dos notorios activistas que pasaron directamente a la dirección de las Panteras Negras. Carmichael y Cleaver representaron las posturas del nacionalismo negro frente al internacionalismo marxista de Newton y Seale, y siempre recelaron de las alianzas con los izquierdistas blancos y chicanos. En 1970, Huey P. Newton, acuñó la noción de intercomunitarismo (a caballo entre la comunidad étnica y la solidaridad más amplia con otros colectivos) para definir los objetivos de las Panteras Negras en unos términos que no exacerbaran la división entre las dos corrientes del partido. Más tarde, el FBI explotaría sin piedad estas divisiones, llegando a provocar mediante sus infiltrados un tiroteo por el control de los cursos de estudios afroamericanos en el vestíbulo de la Universidad de California en Los Ángeles.
Sin embargo, era la vía internacionalista y de colaboración con otros movimientos la que se imponía inexorablemente. El imparable ascenso de las Panteras era un referente ineludible para la multitud de grupos de izquierda independiente que surgieron al socaire de la efervescencia contracultural. Las Panteras Negras fueron la inspiración directa de los Brown Berets chicanos o de los Young Lords portorriqueños de Nueva York y colaboraron activamente, entre otros, con los Students for a Democratic Society (SDS) que estaban organizando las revueltas estudiantiles de estos años, con el movimiento de jornaleros agrícolas de César Chávez, con los movimientos pacifistas californianos o con el Frente de Liberación Gay.
En 1968, los miembros de las Panteras Negras dejan de llevar armas permanentemente, una nueva hornada de militantes procedentes de la universidad llega al partido y gana peso una línea política que enfatiza la necesidad del trabajo comunitario en los barrios. En 1969, las distintas agrupaciones locales de las Panteras Negras ponían en marcha los llamados "programas de supervivencia", una iniciativa para proveer a los barrios negros de los servicios sociales que les negaba el Estado. El más famoso de estos programas fue el Breakfast for Children: los activistas daban desayunos gratis a los niños antes de que acudieran al colegio. Pronto le siguieron los programas médicos y dentales, programas de transporte para visitar a familiares presos y programas de atención a ancianos. Todo un sistema de welfare militante autogestionado que tuvo una repercusión descomunal. Como diría Huey P. Newton años después: "Por primera vez desde las rebeliones de esclavos anteriores a la Guerra Civil, los negros estaban respondiendo a una organización que intentaba construir instituciones comunitarias y que lo hacía bajo la bandera de una ideología política que desafiaba directamente a la democracia capitalista".
De la guerra total a la política local
A finales de 1969, diez mil niños desayunaban diariamente con los programas de supervivencia y un noventa por ciento de la población negra apoyaba a las Panteras Negras. En esas mismas fechas, ya habían muerto por arma de fuego veintinueve miembros del Partido, entre ellos los líderes Bobby Hutton y Fred Hampton, más de cien habían resultado heridos y otros tantos estaban en prisión. Aunque la imagen de las Panteras Negras dando de comer por las mañanas a los niños y por las tardes enzarzados en tiroteos de más de dos horas con la policía pueda resultar completamente estrafalaria, esta era la realidad cotidiana del Black Panther Party a finales de los años sesenta. Aunque el partido fue abandonando progresivamente el culto por las armas y nunca utilizó la acción armada como estrategia para conseguir objetivos políticos, el hecho de que llevar armas cargadas fuera uno de sus hitos fundacionales no ayudó a enfriar la situación, sobre todo, teniendo en cuenta que las Panteras contaban ya con más de cinco mil militantes a tiempo completo.
En 1969, el entonces director del FBI, John Edgar Hoover, estableció que las Panteras Negras y otros grupos subversivos constituían la mayor amenaza para Estados Unidos. También declaró que había que acabar por todos los medios con el programa comunista de desayunos para los niños. Las Panteras Negras pasaron a ser uno de los objetivos centrales del programa de contrainsurgencia COINTELINPRO y las tácticas de acoso se refinaron: no es que se acabaran los asaltos a tiros a las sedes de las Panteras, pero se complementaron con un programa extensivo de infiltraciones para favorecer los enfrentamientos internos en el partido. Como resultado de estos conflictos y de la persecución policial, Stokely Carmichael y Eldridge Cleaver decidieron exiliarse. El primero se instaló hasta su muerte en Ghana, bajo la protección del líder panafricanista Kwame Nkrumah. El segundo se retiró a Argelia, desde donde, con los infiltrados del FBI como única fuente de información, acusó repetidamente de reformistas a Bobby Seale y Huey P. Newton, asegurando que la situación en Estados Unidos estaba madura para la revolución armada.
En los años setenta, a pesar de que Elaine Brown sustituye a Seale y Newton en la dirección del partido y la línea política se centra cada vez más en los programas sociales, siguen los asesinatos, como el de George Jackson en la prisión de San Quintín, y se producen cada vez más escisiones. Entre 1972 y 1973 las Panteras Negras dan un giro a su política y se centran en la política electoral local presentando a Bobby Seale y Elaine Brown a la alcaldía de Oakland. Para pasmo del partido demócrata, Seale queda segundo entre seis candidatos. A partir de este momento y hasta los años ochenta las Panteras irían desvaneciéndose entre la atonía de la política local, los sucesivos encarcelamientos y las muertes violentas de sus miembros, como Huey P. Newton que muere asesinado por un traficante de drogas en 1989. A pesar de este anticlímax final, que comparten con muchos otros movimientos de izquierda de los años sesenta, el mito de las Panteras Negras ha ido creciendo durante años y su rastro se deja sentir desde las banlieues parisinas hasta el hip hop underground. Años despues, Bobby Seale resumiría así las causas del éxito y de la derrota de las Panteras Negras: "Nos cayeron encima porque habíamos puesto en marcha una revolución verdadera, desde la base, para la gente normal. Teníamos un programa articulado y habíamos hecho coaliciones en las que cruzábamos las líneas de separación racial".
- Queremos la libertad, queremos poder para determinar el destino de nuestra comunidad negra.
- Queremos pleno empleo para nuestro pueblo.
- Queremos que se acabe la rapiña de nuestra comunidad negra por parte del hombre blanco.
- Queremos viviendas decentes, adaptadas al ser humano.
- Queremos para nuestro pueblo una educación que muestre la verdadera naturaleza de esta sociedad americana decadente. Queremos una educación que enseñe nuestra verdadera historia y nuestro papel en la sociedad actual.
- Queremos sanidad gratuita para todas las personas negras y la gente oprimida.
- Queremos que todos los hombres negros quedemos exentos del servicio militar.
- Queremos el fin inmediato de la BRUTALIDAD POLICIAL y del ASESINATO de la gente negra.
- Queremos la libertad para todos los hombres negros detenidos en las prisiones y en las cárceles federales, estatales, de condado y municipales.
- Queremos que toda la gente negra procesada sea juzgada en tribunales paritarios o por miembros de la comunidad negra, como está previsto en la Constitución de Estados Unidos.
Hace unas semanas se presentaba en una biblioteca pública de Nueva York The Black Panthers (Apertura, 2006), el último libro del fotógrafo Stephen Shames. Galardonado en numerosas ocasiones a lo largo de su dilatada carrera y comprometido con diferentes iniciativas sociales en África a través de su propia fundación (http://www.stephenshames.org), Shames fue el fotógrafo de las Panteras Negras entre 1967 y 1972. LDNM asistió a la presentación de su libro en pleno corazón de Manhattan y charló con él sobre su trabajo entre las Panteras.
La edición del libro estaba prevista para 1972 pero Spiro Agnew, vicepresidente de EE UU bajo el mandato de Nixon, lo frenó. El tipo era compañero de golf del director de la agencia de publicaciones, y le advirtió de que no lo publicara. El editor fue despedido.
¿Cómo conoció a las Panteras Negras?
En 1967, durante la primera marcha contra la Guerra de Vietnam en San Francisco, vi a Bobby Seale y a Huey Newton. Me cautivó su carisma y les hice una foto mientras vendían ejemplares del Libro rojo de Mao. Bobby era fuerte y muy elocuente, podía expresar nuestras esperanzas de algo mejor, de un mundo más justo.
Muchas de sus fotografías retratan la vida cotidiana del movimiento. ¿Cómo pudo conseguir un acceso tan abierto a su organización?
Tenía una estrecha relación con Bobby Seale, que llegó a convertirse en un padre para mí. Comencé a salir con ellos, a hacerles fotografías, y me gané su confianza. Por eso me dejaron entrar de lleno en sus vidas. Los negros eran invisibles para muchos blancos. Sin embargo, yo sí podía ver a las Panteras y eso es lo que me permitió hacerles fotos. Trataba de fotografiar a hombres negros con niños, mujeres en posiciones de liderazgo, parejas mostrando su afecto… Algo que jamás vieron los medios de comunicación, a los que sólo les interesaban los clichés: los uniformes, las armas, etc. Los medios simplemente seguían el punto de vista impuesto por el gobierno, algo tan frecuente entonces como hoy. Yo intentaba ir más allá, quería hacer la fotografía completa para recoger todos los matices.
Por las fotografías de su libro, da la sensación de que la acción política de las Panteras Negras iba más encaminada a construir comunidad en los barrios de la gente negra que a atacar el Estado norteamericano.
Eran revolucionarios. Querían darle poder a la comunidad afroamericana para que, así, la gente negra pudiera disfrutar de todas las ventajas que puede ofrecer la vida en Estados Unidos. Querían una igualdad sin condiciones, acabar con la injusticia y el racismo. Su estrategia era organizar a la gente para que ella misma conquistara sus derechos. Eran un movimiento político que buscaba el cambio social y eso siempre es motivo de conflicto, resulta controvertido y a veces hasta sangriento, porque los grupos que están en el poder no quieren renunciar a sus privilegios.
En relación a esa conquista de derechos, el propio Bobby Seale cuenta en el prólogo de su libro que las Panteras Negras desarrollaron una importante intervención comunitaria sin la ayuda de las instituciones: asistencia sanitaria, reparto de ropa, programas de alimentación, etc. ¿Cómo fue posible todo eso?
Las Panteras Negras tenían un programa de diez puntos en los que recogían lo que consideraban que eran las necesidades de la comunidad afroamericana, entre las que se incluía empleo, educación y servicio médico. En el programa también ensalzaban la idea tan americana del derecho a la autodefensa. Su movimiento se basaba en la autonomía y recaudaban fondos de la propia comunidad. La gente aporta su dinero y su tiempo cuando cree en algo. Prueba de ello es la habilidad que ha mostrado Obama para recaudar fondos a través de pequeñas donaciones para su campaña en las últimas primarias demócratas.
Pese a toda la dimensión social y comunitaria de su movimiento, ¿por qué cree usted que mucha gente asocia a las Panteras Negras con tipos violentos y armados?
Es una cuestión política. El gobierno llevó a cabo una campaña sistemática contra el movimiento. Muchos temían a la gente negra y fuerte, y el gobierno jugó un papel fundamental en la imposición de estos prejuicios. Es curioso, sin embargo, cómo los conservadores han asumido la imagen que la gente del NRA (Asociación Nacional del Rifle) ha proyectado de sus milicias armadas, muy similar a la que las Panteras proyectaron en su día y por la que se les criminalizó.
Otra de las ideas que circulan sobre las Panteras Negras es que eran muy cerrados, incluso se les ha tildado de racistas…
Eso es absurdo, ellos creían en una sociedad donde todos tuviéramos los mismos derechos, por eso crearon coaliciones con organizaciones de blancos, latinos, asiáticos y nativos americanos. Bobby Seale siempre me decía que trabajaban conmigo o con otros blancos porque era imposible luchar contra el racismo si ellos mismos se comportaban de manera racista.
En su libro hay una fotografía de Huey Newton en la que sostiene un disco de Bob Dylan. Quizá es la mejor expresión del carácter abierto de las Panteras Negras.
Sí, esa fotografía la hice en el apartamento de Huey en Berkeley, poco después de su salida de prisión. Para mí representa un buen retrato de la cultura de los sesenta. Huey escuchaba a Bob Dylan igual que los estudiantes blancos escuchaban r’n’b. Esos cruces de caminos eran precisamente los que ponían todo en cuestión.
Hablas de los sesenta y precisamente esos años han vuelto a saltar a la palestra a raíz de la campaña electoral norteamericana. La obsesión de Hillary Clinton primero y de los republicanos después ha sido ligar permanentemente a Obama con las luchas de aquellos años…
Esa época fue muy importante porque los afroamericanos perdieron el miedo y se mostraron dispuestos incluso a morir para conquistar sus derechos. Al mismo tiempo, los jóvenes blancos nos dimos cuenta de que no podíamos seguir apoyando este sistema, convirtiéndonos en la primera generación de americanos blancos con héroes negros. En realidad, el eco de esa época ha resonado durante cuarenta años y todas las elecciones norteamericanas desde 1968 han sido un permanente referéndum sobre aquel tiempo. Lo que me parece curioso ahora es que el oponente de Obama, el conservador McCain, sea precisamente de la generación anterior a esos años. Obama es el primer líder nacional post 68 y puede llegar a ser el primer presidente negro de mi país. Parece que cuarenta años es el tiempo necesario para que se establezca un cambio de esta magnitud. Moisés recorrió el desierto durante el mismo tiempo hasta que todos los antiguos esclavos murieron. Entonces fue cuando entró en la tierra prometida…
http://www.stephenshames.com
http://www.aperture.org/
Entrevista a Wu Ming 1
Otra novedad editorial sobre el black power es New thing (Acuarela, 2008). Se trata de un thriller donde Wu Ming 1 narra una ola de ataques racistas a músicos de free jazz en pleno apogeo de las Panteras Negras. Ambos movimientos, según reconoce el autor, "no coincidieron mucho en el tiempo. La capital del free jazz era Nueva York y en esa ciudad no se fundaron las primeras asociaciones de Panteras Negras hasta 1968, un año después de la muerte de John Coltrane".
La fascinación por esta organización viene de atrás. "Por extraño que parezca, cuando era niño encontré referencias al Partido de las Panteras Negras en los cómics de superhéroes de Marvel. Algunas historias ocurrían en guetos negros, las llamadas inner citys. Había un superhéroe negro llamado Power Man. Su nombre real era Luke Cage. Ese personaje todavía existe, pero el contexto que le rodea ha cambiado mucho. Durante los setenta el universo Marvel absorbió los conflictos sociales como una esponja, había historias sobre revueltas, manifestaciones, activismo contra la guerra de Vietnam... Recuerdo especialmente un episodio de Hulk en el que alguien menciona a Jerry Rubin, que en esa época era uno de los líderes del movimiento antibélico. Había otro superhéroe negro llamado... Pantera Negra. Era un príncipe africano. Solía leer estos tebeos y veía Raíces en televisión. La primera vez que oí hablar de Malcolm X (y de hecho le vi) fue en un episodio de Raíces. Queda claro que soy hijo de la cultura pop".
Hoy sería difícil encontrar un movimiento antisistema que no admire a los Panteras. "Desgraciadamente no pudieron terminar su trabajo. Cuando empezaron a incomodar al statu quo político fueron destruidos. Huey P. Newton fue un teórico brillante, a la altura de Frantz Fanon y figuras así. Aportó un concepto nuevo: el intercomunitarismo, que suponía profundizar en el internacionalismo y anticipaba aspectos del altermundialismo actual. Cuando él y Bobby Seale comenzaron los programas de ayuda a las comunidades negras estaban también haciendo algo similar a lo que luego harían los zapatistas, el movimiento de los Sin Tierra o el sistema de protección social de Hezbolá. Gracias a Dios, la gente de las Panteras eran ateos".
La situación social tampoco ha cambiado drásticamente. "La mayoría de la población negra en Estados Unidos sufre malas condiciones de vida. Hay estrellas del baloncesto negras, algunos cómicos y algunos políticos, pero eso no debe hacernos olvidar los datos. Hay el triple de personas negras en la cárcel que en la universidad. El 41% de los presos son de raza negra, aunque no pasan del 10% de la población del país. En barrios negros hay cuarenta y cuatro muertes violentas por cada 10.000 personas, mientras que los blancos tienen un porcentaje de cuatro por cada 10.000 personas".
1. «Extraordinario artículo.
Un saludo,
M»
2. «Muy bien, saludos desde Ecuador, por acá seguimos la lucha del hermano Mumia Abu Jamal. Saludos. Juan.»
3. «Excelente articulo , es dificil acceder a informacion del moviemto politico de los panteras negras pues esta bombardeado de cliches o lso asocian comoo simples pandilleros sin ideologia desarrollada.»
4. «Muy buena la nota, sobre todo para que no se pierda en los laberintos del tiempo la historia de los Panteras Negras. También recuerdo a los hermanos Jackson (Soledad Brothers, así llamados por la prisión de Soledad, California) y la maestra Ángela Davis. El recuerdo de todas estas personas llena todo un espacio revolucionario, el cual no debe perderse.»
5. «Amigos: Esas son enseñanzas que demuestran que la via estato-centralista del capitalismo de estado puede tener su antítesis en movimientos similares a las panteras negras.
También deducimos las eternas lecciones acerca de los quintacolumnas, sapos, sátrapas, infiltrados y demás adefesios con que cuenta el imperio y sus secuaces.
En cristiano: la construcción del poder, desde lo particular hacia lo general, de la base a la cúspide se crean también sistemas, más efectivos que los decretos inhibitorios a largo plazo de las iniciativas populares.»
6. «mecesito esta pelicula dodne pueod conseguirla?»
7. «FELICITACIONES A LAS PANTERAS NEGRAS DEL MUNDO
OS ANIMO A APOYAR LA CAMPAÑA DE RECOGIDA DE FIRMAS POR INTERNET NO ESTAMOS SOLOS Y A REALIZAR UN ACTO DE APOYO EN EL PATIO "AFROAFIRMATIVO" INTERESADOS-DAS LLAMAR AL 622040466. »
8. «FELICITACIONES A LAS PANTERAS NEGRAS DEL MUNDO
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