29.LDNM
- Sep-Mar 2009
Libros
Fuera de catálogo: Adulterio proletario
Constantino Bértolo
Una nube de ira
Giovanni Arpino
Seix Barral, 1963
Giovanni Arpino
Seix Barral, 1963
En 1963, el año en que se publica esta novela, Semprúm y Claudín aún no habían planteado sus estrategias revisionistas en el seno del PCE. Todavía la izquierda española realmente existente entendía que el derrotado proletariado debía encabezar y dirigir la lucha contra el régimen surgido de la Guerra Civil, sin necesidad de pactar con aquellas fracciones de la burguesía que el desarrollo económico estaba haciendo entrar en contradicción formal con la oligarquía franquista. En Italia, el PCI se estaba confirmando como una fuerza política en crecimiento y confiaba en poder tomar el Estado por vía electoral.
Literariamente, la novela social o proletaria todavía no había sido condenada al baúl de las antiguallas estéticas. Por el mismo tiempo que el escritor Jesús López Pacheco, autor de Central eléctrica y El homóvil, traducía esta obra, la editorial que pilotaba el ínclito Carlos Barral añadía a su catálogo obras como Testa de copo de Alfonso Grosso, Pabellón de oro de Mishima, Hay quien prefiere las ortigas de Junichiro Tanizaki, Fuego en la noche oscura de Fernando Namora o Gato escaldado, del hoy redescubierto Stig Dagerman.
Aun en ese contexto, la novela de Arpino no dejó de llamar la atención por la materia que abordaba: un adulterio en el ámbito del proletariado. Hasta entonces el adulterio parecía el tema propio de la novela burguesa. La gran novela decimonónica había convertido el matrimonio, como lugar de la reproducción biológica y económica, en toda una institución narrativa. Alrededor de Madame Bovary o Ana Karenina giraba toda una constelación novelesca que parecía patrimonio intocable de la imaginación burguesa. Trasladar ese gran tema a un espacio proletario constituyó toda una sorpresa: la expropiación de una propiedad privada.
Mateo, que ya ha rebasado la cuarentena, trabaja como curtidor en una pequeña fábrica; vivió la resistencia como partisano contra el fascismo y lleva años casado con Sperata, trabajadora en una fábrica textil y unos años más joven. En el seno del Partido (en aquellos tiempos el Partido era el Partido) han conocido a Angelo, joven mecánico radical e impaciente en su militancia, lo que le ha llevado a sufrir el ostracismo laboral en su taller y a discrepar de la lenta vía electoral que el Partido mantiene como estrategia revolucionaria. La convivencia entre ellos ha dado lugar a una relación abierta en la que Sperata no acaba de encontrase cómoda moralmente. Mateo, el marido, parece aceptar en silencio, mientras que Angelo se muestra como el ideólogo de una relación que desde la condición de revolucionarios parecen estar obligados a compartir: "Viviremos los tres juntos, claramente. Ante nuestro propio juicio. Sin caer en remordimientos. ¿No vas a creer en los pecados? ¡Pues entonces! Ya verás: también él se hará cargo, no armará ninguna escena. Somos gentes libres". Se establece así el espacio narrativo en el que la novela plantea, más que una cuestión moral, un problema político: ¿pueden los revolucionarios vivir de modo coherente con sus ideas prima della rivoluzione? "Y no toda la culpa es nuestra. Seremos estupendos, habremos cambiado, pero de cada cien, noventa seguimos siendo gente con sueños burgueses. Los sueños son todavía todos burgueses…"
Una posible respuesta a estos dilemas –"intentar ser mejores, por sí solo, es imposible"– se argumenta en la novela de Arpino con la construcción narrativa de una trama en apariencia sencilla pero a la que la ruptura del orden secuencia cronológico dota de especial densidad. En el camino afloran viejas (y acaso presentes) cuestiones, como la desmovilización revolucionaria que conlleva la vía electoral democrática ("la verdad es que nos han soplado como si fuéramos velas y casi todas se han apagado") o el peligro de que la razón política de las vanguardias se tiña de soberbia elitista. Pero quizá lo más llamativo y sorprendente de esta novela es la sutileza con que se asoma al tema de la emancipación de la mujer. No es casual que sea a ella, Sperata, a la que el autor le concede el papel de narradora en esta historia.
Literariamente, la novela social o proletaria todavía no había sido condenada al baúl de las antiguallas estéticas. Por el mismo tiempo que el escritor Jesús López Pacheco, autor de Central eléctrica y El homóvil, traducía esta obra, la editorial que pilotaba el ínclito Carlos Barral añadía a su catálogo obras como Testa de copo de Alfonso Grosso, Pabellón de oro de Mishima, Hay quien prefiere las ortigas de Junichiro Tanizaki, Fuego en la noche oscura de Fernando Namora o Gato escaldado, del hoy redescubierto Stig Dagerman.
Aun en ese contexto, la novela de Arpino no dejó de llamar la atención por la materia que abordaba: un adulterio en el ámbito del proletariado. Hasta entonces el adulterio parecía el tema propio de la novela burguesa. La gran novela decimonónica había convertido el matrimonio, como lugar de la reproducción biológica y económica, en toda una institución narrativa. Alrededor de Madame Bovary o Ana Karenina giraba toda una constelación novelesca que parecía patrimonio intocable de la imaginación burguesa. Trasladar ese gran tema a un espacio proletario constituyó toda una sorpresa: la expropiación de una propiedad privada.
Mateo, que ya ha rebasado la cuarentena, trabaja como curtidor en una pequeña fábrica; vivió la resistencia como partisano contra el fascismo y lleva años casado con Sperata, trabajadora en una fábrica textil y unos años más joven. En el seno del Partido (en aquellos tiempos el Partido era el Partido) han conocido a Angelo, joven mecánico radical e impaciente en su militancia, lo que le ha llevado a sufrir el ostracismo laboral en su taller y a discrepar de la lenta vía electoral que el Partido mantiene como estrategia revolucionaria. La convivencia entre ellos ha dado lugar a una relación abierta en la que Sperata no acaba de encontrase cómoda moralmente. Mateo, el marido, parece aceptar en silencio, mientras que Angelo se muestra como el ideólogo de una relación que desde la condición de revolucionarios parecen estar obligados a compartir: "Viviremos los tres juntos, claramente. Ante nuestro propio juicio. Sin caer en remordimientos. ¿No vas a creer en los pecados? ¡Pues entonces! Ya verás: también él se hará cargo, no armará ninguna escena. Somos gentes libres". Se establece así el espacio narrativo en el que la novela plantea, más que una cuestión moral, un problema político: ¿pueden los revolucionarios vivir de modo coherente con sus ideas prima della rivoluzione? "Y no toda la culpa es nuestra. Seremos estupendos, habremos cambiado, pero de cada cien, noventa seguimos siendo gente con sueños burgueses. Los sueños son todavía todos burgueses…"
Una posible respuesta a estos dilemas –"intentar ser mejores, por sí solo, es imposible"– se argumenta en la novela de Arpino con la construcción narrativa de una trama en apariencia sencilla pero a la que la ruptura del orden secuencia cronológico dota de especial densidad. En el camino afloran viejas (y acaso presentes) cuestiones, como la desmovilización revolucionaria que conlleva la vía electoral democrática ("la verdad es que nos han soplado como si fuéramos velas y casi todas se han apagado") o el peligro de que la razón política de las vanguardias se tiña de soberbia elitista. Pero quizá lo más llamativo y sorprendente de esta novela es la sutileza con que se asoma al tema de la emancipación de la mujer. No es casual que sea a ella, Sperata, a la que el autor le concede el papel de narradora en esta historia.
3 comentarios a Fuera de catálogo: Adulterio proletario
1. «Alucino con la publicidad del Papa en la página de ladinamo. »
Dicho por antonio
el Wed 06-05-2009 11:56 (UTC)
2. «sin velas. solo con la fuerza natural del mar... y sinoremando... el viento siempre sopla y el solsaletodo los diàs ahunque ... solo esluztl vez no es el sol....( hasta falasias lunares. pasan enestosiglos.. MUCHA EBOOOOOOLUDION»
Dicho por NDP el Fri 24-07-2009 01:02 (UTC)
3. «NINGUNA REVOLUCIÒN.. ORGANIZACION»
Dicho por NDP el Fri 24-07-2009 01:08 (UTC)
ÚLTIMOS COMENTARIOS
«Please, while you gain information, [...]»
Dicho por Powerpoint Clicker
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«This is a nice post [...]»
Dicho por Hydronic Heating
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«Para todos los master. Vamos [...]»
Dicho por Dj el maestro carlos parrales
en 16.LDNM The Wu Tang Clan Manual (libro)
«Gracias por dejar publicar... [...]»
Dicho por Articulos Publicar
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«I am really not too [...]»
Dicho por solar panel Australia
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«Such a wonderful post. Thanks [...]»
Dicho por Eagan Fitness Center
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
« Here typically chicken and [...]»
Dicho por ice maker
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«This is brilliant....:-)
Thanxs for posting [...]»
Dicho por DJ Vince
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«Have you ever thought about [...]»
Dicho por Powerpoint Clicker
en 22.LDNM RAW format, the captive photo
«COMPUTER REPAIR PORTLAND
In 2009, Nerds [...]»
Dicho por computer repair portland
en 22.LDNM RAW format, the captive photo

Otros artículos de Constantino Bértolo (6)
- Fuera de Catálogo: Adulterio proletario
- Fuera de catálogo: Contestación a Remarque*
- Fuera de catálogo. Las confesiones de Nat Turner
- Fuera de catálogo. Un príncipe del comunismo. Fedor Dostoievski, El idiota
- Fuera de catálogo. Una novela impresentable
- Fuera de catálogo