31.LDNM
- Ago-Oct 2009
Música
U-ROY: En la jungla de la industria musical jamaicana
Nando Cruz
U-Roy es una figura seminal del reggae. Su carrera se desarrolló en los años sesenta en paralelo al auge de la industria fonográfica de su país, así que fue uno de tantos pioneros que aprendió a subsistir en un negocio donde el cantante era el último mono. En Jamaica no hubo legislación sobre derechos de autor hasta los años noventa. Él ha sobrevivido a esa circunstancia y lo explica sin victimismo, aunque su periplo rompe varios tópicos y arroja alguna luz sobre las ventajas e inconvenientes de un mundo sin copyright.
La industria musical jamaicana surgió prácticamente de la nada. En los años 60 los empresarios del ocio empezaron a prensar discos propios y a arrinconar los que importaban desde Estados Unidos. Era una maniobra con la que agitar y personalizar los sound system. La competencia en el sector era tan fuerte y la inmediatez del proceso era tal que la edición de singles se disparó hasta el punto de convertir al país caribeño en el mayor productor de música grabada del mundo en proporción a su número de habitantes.
En Jamaica no había multinacionales, sino pequeños productores con un estudio que elegían los músicos, dirigían la grabación, editaban el disco y recogían los beneficios. Hablamos de una época y un país sin legislación sobre derechos de autor; la ley no se redactó hasta 1995. Esta circunstancia es responsable parcial de una explosión de creatividad sostenida durante décadas. Estamos ante un sabroso ejemplo de lo que pasa cuando la música circula libremente sin restricciones de copyright. Hay ritmos de canciones de los años sesenta que se han usado como base para otras de los años setenta, ochenta y noventa, eternizando el eco de la versión original. La contrapartida ha sido que los músicos no siempre han sido compensados por el trabajo hecho.
U-Roy, conocido como The Originator, es uno de los pioneros en el oficio del discjockey, figura que en Jamaica designa a la persona que sube al escenario e improvisa rimas sobre las canciones que pincha el selector. Su carisma animó a muchos productores de los años sesenta y setenta a llevárselo al estudio para que cantase en singles que luego se vendían como rosquillas. Su historia es la de tantos otros jóvenes que vieron en los sound system una oportunidad para divertirse y, con suerte, ganar algo de dinero. Le timaron siempre que pudieron pero él lo explica con naturalidad. Aquella incipiente industria musical era una jungla y él tuvo que espabilarse.
El joven Ewart empezó en sound systems modestos como los de Sir Mike (Musical Thunderstorm) y Doctor Dickie (Dynamite), pero hasta que no se cruzó con King Tubby su economía no despegó. "Allí me pagaban unos diez dólares (jamaicanos) por noche. Empezaba a las ocho de la tarde y acababa a las dos de la madrugada". La ventaja de trabajar para Tubby es que pronto empezó a grabar specials (singles de producción propia con los que dar un toque personal a las sesiones) y de ahí también sacaría algo. Aun así, su primera sesión fue con el productor Keith Hudson. Y ahí ya descubrió las reglas del juego: "Hubo un acuerdo verbal, pero nunca recibí nada. Grabé la canción ('Dynamic Fashion Way') y como vivíamos cerca me dijo: 'Luego hablamos'. Pero luego no lo vi. Al cabo de unos días nos encontramos en la licorería, me dijo que la canción no se había editado aún y que cuando ganase algo con la venta del single me pagaría". Y hasta hoy.
En sus primeros años de carrera, U-Roy apenas obtendría dinero de las sesiones de estudio. Grabó para Bunny Lee, Lee "Scratch" Perry, Tappa Zukie y muchos otros, pero costaba cobrar. "Siempre te decían que no tenían dinero, así que nunca te pagaban. Pero, créeme, no hay amargura en mí hoy", añade. Práctico y espiritual, se tomó la situación a la jamaicana: "Aprendí pronto que si las cosas no salen como tú deseas has de tomártelo con calma y ya se arreglarán". Tampoco tenía otra salida, pues nunca contó con un músico amigo que le aconsejara qué dirección tomar. "El único que me asesoraba en aquella época era Dios Todopoderoso", suelta.
Quizá por eso, los músicos jamaicanos se han habituado a cobrar al contado por el trabajo realizado. Los royalties aún no han aparecido en esta conversación, ya que la mayoría de cantantes de los años sesenta no sabían qué era eso. Atención a cómo lo descubrió U-Roy: "Un día se me acercó la esposa de Lee Perry, me llevó a un rincón y me susurró: 'Has de firmar un contrato de derechos de interpretación'. Era una mujer de corazón limpio a la que no le gustaba ver cómo la gente se aprovechaba del prójimo. Me dijo que me daría los teléfonos de una gente de Londres. Entonces contacté con ellos, me arreglaron unos papeles y empecé a recibir dinero de ahí".
En realidad, todas las grabaciones a las que U-Roy ponía voz estaban enredadas en una infinita telaraña autoral. Una canción podía haber sido interpretada años atrás por John Holt, pero quizá la música era obra de Duke Reid, que llamaba a U-Roy para que la cantase de nuevo. "Por mucho que John Holt hubiese cantado 'Wear You To The Ball', cuando yo ponía mi ritmo vendía cientos de veces más", brama U-Roy. Y, en cualquier caso, aquella toma presuntamente original de Holt tal vez estaba asentada sobre un ritmo creado por un grupo instrumental más antiguo. Ante tal confusión, la tentación de cobrar y no repartir era mucha para algunos productores.
A mediados de los 90 el gobierno del Primer Ministro P. J. Patterson, que de joven había ejercido ocasionalmente de manager de The Skatalites, promulgó una ley que protegiera los derechos de autor de los músicos. Sin embargo, U-Roy no cree deberle nada: "Patterson no ha hecho nada por los músicos. Mis asuntos me los he arreglado yo solo. Ningún Primer Ministro sabe cómo me las he apañado para defender mi trabajo. Nunca he dejado mis asuntos en manos de un gobierno. Esas leyes estúpidas no sirven para nada. Lo único que hacen los gobiernos es decir que harán esto y lo otro, pero luego no hacen nada. Ninguno me ha conseguido dinero. No saben ni dónde vivo, así que yo tampoco tengo que hacer ninguna contribución".
U-Roy habla con orgullo de cómo ha defendido su puesto de trabajo, cómo creó su propio sound system y cómo va renovando el material de su estudio de grabación ¡sin pedir dinero a los bancos! "Lo saco del bolsillo, me voy a Miami y compro lo que necesito", celebra. Pero tanto él como los demás pioneros del ska y el reggae, en edad de jubilarse, deben seguir de gira eternamente para mantener a sus familias. "Es verdad. Eso les pasa a muchos y también me incluyo. Pero debo decir que mientras tenga fuerzas no veo problema. Los jamaicanos creemos en la idea de ganarnos el dinero con el trabajo diario. The Skatalites son muy mayores, de mi edad o más, pero las cosas cada vez les van mejor porque cada vez les pagan más por tocar. Mientras tengan salud y fuerzas para ir de gira lo harán. Hasta que un día que se encuentren mal y digan: 'Ei, me voy a relajar'. Pero yo no creo que me haya llegado el momento. Mis huesos aún me aguantan".
La mayoría de cantantes jamaicanos (tanto veteranos como de última hornada) han entrado en el circuito de specials a la carta. No hay charla artística previa, así que la toma será fruto de la inspiración del vocalista. Es una faena rápida y fácil. Como se dice en la isla "el jamaicano siempre está preparado". Si la sesión está bien montada, en dos horas de estudio puede sacarse tanto o más dinero que con el caché del concierto. En cierto modo, se perpetúa el sistema de trabajo de los años sesenta. Sólo que ahora se están cobrando lo que antaño les escatimaron. Suena a gran venganza final, ¿no? "Exacto", dispara U-Roy con una sonrisa victoriosa. "¿Queréis mi voz? Aquí estoy. Esto es lo que vale".
Cada vez que los aficionados al reggae escuchen canciones clásicas como "Wake The Town", "Rule The Nation" y "Wear You To The Ball" han de saber que son los cimientos de su vivienda. "Esas son las canciones con las que me hice la casa. Cada viernes iba a casa de Duke Reid y recibía un sobre que me servía para cuidar mi casa y mis hijos. Ya no era ingenuo: sabía que mis discos sonaban y se vendían así que iba cada fin de semana a cobrar. Según la semana podían ser 500 ó 600 dólares. Hablo de los años 70. Con eso, mi mujer podía ir al mercado y todos éramos felices". "Si me daba 600 sería porque sacaba cien veces más", supone. Pero, igual que señala a Lee Perry como el productor más tacaño con el que ha trabajado, no duda en calificar a Duke Reid como el más generoso. Eso sí, aclara que aunque todavía vive en la misma parcela que le compró hace más de tres décadas, aquella casa ya no existe. "La derribé hace años para edificar una nueva y más grande". Todo lo que tiene U-Roy se lo ha ganado cantando.
En Jamaica no había multinacionales, sino pequeños productores con un estudio que elegían los músicos, dirigían la grabación, editaban el disco y recogían los beneficios. Hablamos de una época y un país sin legislación sobre derechos de autor; la ley no se redactó hasta 1995. Esta circunstancia es responsable parcial de una explosión de creatividad sostenida durante décadas. Estamos ante un sabroso ejemplo de lo que pasa cuando la música circula libremente sin restricciones de copyright. Hay ritmos de canciones de los años sesenta que se han usado como base para otras de los años setenta, ochenta y noventa, eternizando el eco de la versión original. La contrapartida ha sido que los músicos no siempre han sido compensados por el trabajo hecho.
U-Roy, conocido como The Originator, es uno de los pioneros en el oficio del discjockey, figura que en Jamaica designa a la persona que sube al escenario e improvisa rimas sobre las canciones que pincha el selector. Su carisma animó a muchos productores de los años sesenta y setenta a llevárselo al estudio para que cantase en singles que luego se vendían como rosquillas. Su historia es la de tantos otros jóvenes que vieron en los sound system una oportunidad para divertirse y, con suerte, ganar algo de dinero. Le timaron siempre que pudieron pero él lo explica con naturalidad. Aquella incipiente industria musical era una jungla y él tuvo que espabilarse.
Pobre pero feliz
Ewart Beckford fue a la escuela primaria, pero no al instituto. Y cuando vio que trabajar de vigilante en una cementera era bastante más aburrido que el sound system que había al final de la calle, convenció a su madre de que ahí estaba su futuro. "Le preguntaba si me dejaba ir a cantar los sábados por la noche y algún día entre semana. A veces me dejaba y otras decía: '¿Por qué no coges un libro y te quedas leyendo?'. Cuando yo empecé nadie creía que eso podía ser un negocio. No se movía dinero. Los discjockeys éramos los que subíamos a bailar, cogíamos el micrófono y lanzábamos la invitación para que la gente supiese que dentro de una semana o dos habría otra fiesta igual. Con ese trabajo apenas sacabas dinero. Pero yo era feliz".El joven Ewart empezó en sound systems modestos como los de Sir Mike (Musical Thunderstorm) y Doctor Dickie (Dynamite), pero hasta que no se cruzó con King Tubby su economía no despegó. "Allí me pagaban unos diez dólares (jamaicanos) por noche. Empezaba a las ocho de la tarde y acababa a las dos de la madrugada". La ventaja de trabajar para Tubby es que pronto empezó a grabar specials (singles de producción propia con los que dar un toque personal a las sesiones) y de ahí también sacaría algo. Aun así, su primera sesión fue con el productor Keith Hudson. Y ahí ya descubrió las reglas del juego: "Hubo un acuerdo verbal, pero nunca recibí nada. Grabé la canción ('Dynamic Fashion Way') y como vivíamos cerca me dijo: 'Luego hablamos'. Pero luego no lo vi. Al cabo de unos días nos encontramos en la licorería, me dijo que la canción no se había editado aún y que cuando ganase algo con la venta del single me pagaría". Y hasta hoy.
En sus primeros años de carrera, U-Roy apenas obtendría dinero de las sesiones de estudio. Grabó para Bunny Lee, Lee "Scratch" Perry, Tappa Zukie y muchos otros, pero costaba cobrar. "Siempre te decían que no tenían dinero, así que nunca te pagaban. Pero, créeme, no hay amargura en mí hoy", añade. Práctico y espiritual, se tomó la situación a la jamaicana: "Aprendí pronto que si las cosas no salen como tú deseas has de tomártelo con calma y ya se arreglarán". Tampoco tenía otra salida, pues nunca contó con un músico amigo que le aconsejara qué dirección tomar. "El único que me asesoraba en aquella época era Dios Todopoderoso", suelta.
Las canciones no son de nadie
En Jamaica ha funcionado mucho la máxima del "not the singer but the song". O sea, lo importante era la canción, no el intérprete. Al menos, así pensaban los productores, que eran quienes dominaban el cotarro. "Todo eran ideas de los productores. Se les ocurría que quizá podrían hacer algo de dinero colocando la voz de un discjockey sobre una canción, elegían al cantante, te metían en el estudio y al final del día te pagaban por tu aportación". La estrella, el mago, era el productor. Y el cantante era sólo un eslabón en la cadena. Justo al contrario que en la cultura pop occidental, donde el que brilla es el cantante y el productor se mantiene en la sombra.Quizá por eso, los músicos jamaicanos se han habituado a cobrar al contado por el trabajo realizado. Los royalties aún no han aparecido en esta conversación, ya que la mayoría de cantantes de los años sesenta no sabían qué era eso. Atención a cómo lo descubrió U-Roy: "Un día se me acercó la esposa de Lee Perry, me llevó a un rincón y me susurró: 'Has de firmar un contrato de derechos de interpretación'. Era una mujer de corazón limpio a la que no le gustaba ver cómo la gente se aprovechaba del prójimo. Me dijo que me daría los teléfonos de una gente de Londres. Entonces contacté con ellos, me arreglaron unos papeles y empecé a recibir dinero de ahí".
En realidad, todas las grabaciones a las que U-Roy ponía voz estaban enredadas en una infinita telaraña autoral. Una canción podía haber sido interpretada años atrás por John Holt, pero quizá la música era obra de Duke Reid, que llamaba a U-Roy para que la cantase de nuevo. "Por mucho que John Holt hubiese cantado 'Wear You To The Ball', cuando yo ponía mi ritmo vendía cientos de veces más", brama U-Roy. Y, en cualquier caso, aquella toma presuntamente original de Holt tal vez estaba asentada sobre un ritmo creado por un grupo instrumental más antiguo. Ante tal confusión, la tentación de cobrar y no repartir era mucha para algunos productores.
¡Que llegan los blancos!
Muchos pensarán que los sellos británicos llegaron a Jamaica para acabar de saquear a los músicos locales, pero la mayoría de artistas sólo tienen palabras de agradecimiento hacia directivos como Richard Branson. "Nunca me dio malas vibraciones. Era una buena persona. No puedo decir nada malo de él. Virgin es la única compañía que siempre me mostró un contrato de pago de royalties en el que ver dónde sonó cada canción y cuánto vendió". No fue la única, pero sí la primera ("el de Virgin fue el primer papel que firmé en mi vida", recuerda), ya que años después el sello Trojan reeditó grabaciones suyas y también le liquidaba royalties. Eso sí, referidas a cifras de ventas tan míseras que tuvo que contratar a unos abogados para comprobarlas. (Esas son aventuras en otro rincón de la jungla discográfica).A mediados de los 90 el gobierno del Primer Ministro P. J. Patterson, que de joven había ejercido ocasionalmente de manager de The Skatalites, promulgó una ley que protegiera los derechos de autor de los músicos. Sin embargo, U-Roy no cree deberle nada: "Patterson no ha hecho nada por los músicos. Mis asuntos me los he arreglado yo solo. Ningún Primer Ministro sabe cómo me las he apañado para defender mi trabajo. Nunca he dejado mis asuntos en manos de un gobierno. Esas leyes estúpidas no sirven para nada. Lo único que hacen los gobiernos es decir que harán esto y lo otro, pero luego no hacen nada. Ninguno me ha conseguido dinero. No saben ni dónde vivo, así que yo tampoco tengo que hacer ninguna contribución".
U-Roy habla con orgullo de cómo ha defendido su puesto de trabajo, cómo creó su propio sound system y cómo va renovando el material de su estudio de grabación ¡sin pedir dinero a los bancos! "Lo saco del bolsillo, me voy a Miami y compro lo que necesito", celebra. Pero tanto él como los demás pioneros del ska y el reggae, en edad de jubilarse, deben seguir de gira eternamente para mantener a sus familias. "Es verdad. Eso les pasa a muchos y también me incluyo. Pero debo decir que mientras tenga fuerzas no veo problema. Los jamaicanos creemos en la idea de ganarnos el dinero con el trabajo diario. The Skatalites son muy mayores, de mi edad o más, pero las cosas cada vez les van mejor porque cada vez les pagan más por tocar. Mientras tengan salud y fuerzas para ir de gira lo harán. Hasta que un día que se encuentren mal y digan: 'Ei, me voy a relajar'. Pero yo no creo que me haya llegado el momento. Mis huesos aún me aguantan".
Últimos trapicheos
Sin duda, U-Roy ha sabido marcar territorio en esta jungla. Aún hoy hace sus trapicheos. Cuando va de gira, el promotor del concierto de cada ciudad (o algún otro intermediario) le gestiona peticiones de discjockeys locales que quieren grabar specials con su voz. Antes o después del concierto, y por varios cientos de euros, el jamaicano entra en un estudio e improvisa rimas sobre músicas que no ha oído antes pero cuyo ADN conoce de sobra. De ahí saldrán singles exclusivísimos que los sound system pincharán con orgullo en sus sesiones. Una vez más, sin derechos de autor que valgan.La mayoría de cantantes jamaicanos (tanto veteranos como de última hornada) han entrado en el circuito de specials a la carta. No hay charla artística previa, así que la toma será fruto de la inspiración del vocalista. Es una faena rápida y fácil. Como se dice en la isla "el jamaicano siempre está preparado". Si la sesión está bien montada, en dos horas de estudio puede sacarse tanto o más dinero que con el caché del concierto. En cierto modo, se perpetúa el sistema de trabajo de los años sesenta. Sólo que ahora se están cobrando lo que antaño les escatimaron. Suena a gran venganza final, ¿no? "Exacto", dispara U-Roy con una sonrisa victoriosa. "¿Queréis mi voz? Aquí estoy. Esto es lo que vale".
Duke Reid me compró una casa
En un gremio tan silvestre como el del reggae, los pactos son verbales y los pago al contado o, en casos excepcionales, en especias. Cuenta la leyenda que la casa donde vive U-Roy se la compró el productor Duke Reid. El barbudo patriarca lo confirma: "Cuando mis discos empezaron a vender mucho unos amigos míos fueron a verle y le dijeron: 'U-Roy lleva mucho tiempo contigo y nunca le has comprado un coche. En cambio, Dennis Alcapone sólo lleva dos meses grabando para ti y ya tiene uno. ¿Qué pasa aquí?'. Yo no sabía nada de esto y cuando llegué al estudio cuatro días después Duke me preguntó: '¿Quieres un coche?'. Yo le respondí: 'Tengo una cama, una mesa con cuatro sillas, un hornillo, una pequeña nevera y una esposa con dos hijos. Quería una motocicleta y me la compré con mi dinero. Yo no quiero tener un coche aparcado en la calle. Mi coche ha de estar guardado en el patio de mi casa'. Y así es como me compró la casa".Cada vez que los aficionados al reggae escuchen canciones clásicas como "Wake The Town", "Rule The Nation" y "Wear You To The Ball" han de saber que son los cimientos de su vivienda. "Esas son las canciones con las que me hice la casa. Cada viernes iba a casa de Duke Reid y recibía un sobre que me servía para cuidar mi casa y mis hijos. Ya no era ingenuo: sabía que mis discos sonaban y se vendían así que iba cada fin de semana a cobrar. Según la semana podían ser 500 ó 600 dólares. Hablo de los años 70. Con eso, mi mujer podía ir al mercado y todos éramos felices". "Si me daba 600 sería porque sacaba cien veces más", supone. Pero, igual que señala a Lee Perry como el productor más tacaño con el que ha trabajado, no duda en calificar a Duke Reid como el más generoso. Eso sí, aclara que aunque todavía vive en la misma parcela que le compró hace más de tres décadas, aquella casa ya no existe. "La derribé hace años para edificar una nueva y más grande". Todo lo que tiene U-Roy se lo ha ganado cantando.
1 comentarios a U-ROY: En la jungla de la industria musical jamaicana
1. «Muy bueno el artículo si señor.
Viva U-Roy»
Dicho por Dani
el Mon 02-04-2012 18:01 (UTC)
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