Lisa: Has hecho la declaración de la renta, ¿verdad, papá?
Homer: Pues claro que sí, la hice hace más de un año.
Lisa: Pero papá, esa es la del año pasado, no la de este.
Homer: Ouh!!!
¿Es usted uno de esos panolis que creía que Hacienda le iba a devolver 1.300 € este año? ¡Pobre incauto! Ahí van cinco consejos y una intuición para afrontar la próxima declaración de la renta: 1) Despreocúpese: una fuerza indiscernible impide rellenar los papeles antes del día-en-que-acaba-el-plazo. Lo mejor es relajarse y asumir que para cuándo llegue ese momento estará roto en mil pedazos ante la perspectiva de entregar tarde y tener que pagar (aún) más. 2) Con amigos sí: es imposible hacer la declaración sin la ayuda de un egiptólogo (para descifrar “el borrador”) y una caja de lexatines (para mitigar los ataques de ira y controlar la presión). 3) Evasión: si es usted un trabajador precario pluriempleado va a tener que pagar tal pastón que es mejor que opte por el “método Fernando Alonso”: pírese a vivir a Suiza. 4) Como Dios manda: si no quiere que Hacienda se ensañe con usted debe dejar de “vivir en pecado” (cásese, deje de alquilar e invierta en bolsa). 5) Insistimos: si quiere desgravar debe comprar acciones y villas en la costa apuntapala (y no es ningún chiste). Intuición: desconocemos si también desgrava ser socio del Real Madrid, oír la COPE y tener un avión privado tuneado, pero nos imaginamos que sí.
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